Hace unos días la localidad de Bauta acaparó la atención por tres sucesos trágicos en un mismo día. Tres menores perdieron la vida: dos por una descarga eléctrica mientras jugaban fútbol y otra por ahogamiento, en tanto un accidente de tránsito cobró otra vida y dos lesionados.
Mucho pudiera especularse ahora en cada uno de los episodios, y aunque ya nada puede traernos de vuelta a los fallecidos, urgen las reflexiones y sobre todo la prevención, un tema imprescindible con la llegada del verano, pues aunque esta debe ser una etapa de disfrute y gozo, suele estar acompañada siempre de más de una tragedia, casi siempre evitable.
Y es que poner sobre el tablero la diversión no puede implicar que quitemos de la mesa otras palabras claves como precaución y responsabilidad.
Estos meses acostumbran a ser muy lluviosos, sobre todo en las tardes. De un momento a otro y producto del calentamiento del día puede tornarse severo el clima, con descargas eléctricas y hasta tornados. Recientemente en Alquízar leí en las redes sociales sobre la ocurrencia de uno, y aunque no hubo pérdidas de vidas humanas, en los propios videos subidos por las personas percibimos imprudencias que pudieran haber tenido trágicos desenlaces.
Ante la proximidad de un tiempo severo es imprescindible buscar refugio en casa o en algún lugar cerrado. Si estamos en playas, ríos o piscinas, habrá que salir del agua con urgencia y ponerse a buen resguardo hasta que pase la tormenta.
Es importante no permanecer bajo árboles o cercanos a torres altas o elementos metálicos propensos a recibir una descarga. En casa, debemos desconectar los equipos de las redes eléctricas y telefónicas. Su uso es peligroso, pues los rayos pueden viajar por los cables, al igual que por las tuberías de agua.
Si estamos al aire libre, lo idóneo es buscar un lugar seguro; de lo contrario habrá que ponerse en cuclillas, en forma de bola con la cabeza baja y cubriéndonos las orejas con las manos.
En las áreas de baño, también propensas a tragedias, la precaución es primordial. Vigilancia permanente sobre los niños; más allá de que sepan o no nadar, siempre debemos estar atentos y procurar que el agua no exceda su altura, para mayor seguridad.
Las bebidas alcohólicas es preferible alejarlas siempre. No son buenas aliadas de la diversión sana y limitan nuestra capacidad de respuesta ante el peligro. Y ni hablar de ligarlas con el timón. Su combinación es fatal y cobra vidas en muchas ocasiones.
No son pocos los accidentes asociados a las excursiones veraniegas donde el alcohol está presente. Alerta en este tiempo para los agentes del tránsito, sobre todo a la salida de playas y ríos. Más allá de la conciencia individual, la severidad cuando se detecta alguna violación de este tipo, puede ser decisiva a la hora de evitar accidentes.
Mucho debe hacerse para que el verano esté a la altura de lo que nuestro pueblo merece, pero nada valdrá si lo opacan tragedias como la que dio inicio a estas líneas y que pueden evitarse si en cada momento tenemos la prevención por delante.