Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Cuba, siempre Cuba

Autor:

Lázaro Fariñas

Ahora resulta que el impresentable Parlamento Europeo se baja con unas declaraciones contra Cuba. No es nada nuevo, en numerosas ocasiones esta institución ha adoptado resoluciones para condenar y difamar a Cuba. En varias ocasiones le han dado premios y reconocimientos a elementos que reciben dinero de Estados Unidos para hacer propaganda anticubana. En medio del caos que se ha formado en Francia y principalmente en París, este Parlamento condena a Cuba por violar los derechos humanos de los cubanos. Exigen la liberación inmediata de los que fueron condenados a prisión por participar en los disturbios que se llevaron a cabo en la Isla el 11 de julio de 2021. Es como aquello que dice que ven el polvo en el ojo ajeno y no ven el pedazo de piedra que tienen en los suyos.

Centenares de ciudadanos fueron detenidos en Francia por participar en las manifestaciones que en su momento se volvieron violentas, heridos y golpeados se cuentan por montones. La policía arremetió con todas sus fuerzas para tratar de controlar los disturbios que se llevaban a cabo en las calles de las ciudades francesas. ¿Y qué ha hecho el desprestigiado Parlamento Europeo? Nada, ni una sola palabra de condena contra las autoridades francesas. Por supuesto que no es nada nuevo, esos silencios siempre han existido mientras los ciudadanos europeos han sido apaleados  con toletes democráticos y con balas de goma pluripartidistas.

Igual que en Francia, el 11 de julio de 2021 ocurrieron disturbios en algunas ciudades cubanas, se llevaron a cabo saqueos por elementos facinerosos que utilizaron la violencia para quemar instituciones estatales, agredir a otros ciudadanos, volcar carros y atacar a los agentes de la ley. Los principales vándalos fueron llevados a los tribunales y sentenciados a prisión por estos hechos. Ahora resulta que los condenados por los saqueos a los comercios son percibidos por el Parlamento Europeo como hombres defensores de la libertad y la democracia. Son considerados presos políticos por los eurodiputados de derecha y le exigen al Gobierno cubano que los ponga en libertad de inmediato.

¿Con qué moral ese Parlamento le puede exigir a Cuba cualquier cosa?

Ese es el mismo Parlamento que apoya la entrega de armamento de todo tipo al Gobierno ucraniano para que se siga extendiendo la guerra. Es el mismo que no abre la boca para condenar el genocidio del Gobierno israelita contra el pueblo palestino. El mismo que se calla la boca ante la presencia ilegal de fuerzas militares de Estados Unidos en territorio sirio. El mismo que apoyó la guerra de Afganistán y la invasión a Irak. El mismo que ayudó al derrocamiento del Gobierno libio y la destrucción de aquel próspero país.

Definitivamente, ese desprestigiado Parlamento Europeo no tiene ninguna moral para exigirle nada a nadie en el mundo y mucho menos a Cuba. Lamentablemente, la famosa Unión Europea se ha convertido en una pequeña sucursal de Estados Unidos. Hace lo que este país le indica, son como Estados vasallos, satélites de Norteamérica. Están jugando con candela con su irrestricto apoyo a Ucrania para mantener la guerra y evite cualquier tipo de acuerdo para encontrar la paz. Seguir el escalamiento de la guerra puede de pronto tener un fatal final para las naciones europeas.

Recientemente, también el secretario de Estado de EE. UU. Antony Blinken hizo unas declaraciones al respecto para exigirle a Cuba que liberara a los llamados «presos políticos», utilizando los mismos términos que sus lacayos europeos. No es la primera vez que lo hace. Parece mentira que el jefe de la política internacional de un país que tiene una prisión en el territorio cubano, donde centenares de presos de diferentes partes del mundo han sido torturados y mantenidos encarcelados durante años sin siquiera un juicio, le venga a exigir a Cuba que suelte a unos centenares de personas que llevaron la violencia a las calles.

Verdaderamente, la guerra propagandista que se está llevando contra la Isla caribeña es inmensa. Lo mismo en las redes sociales, que por los distintos Gobiernos de Occidente, como en la prensa: radial, escrita y televisiva, la propaganda contra Cuba sigue y sigue. Es muy difícil defenderse contra esa guerra irregular, por lo tanto, lo único que puede hacer el Gobierno cubano es darle la espalda y seguir hacia adelante.

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