SANTA CLARA.— ¿Cómo es posible que con las altas temperaturas que hay se transporten desde los centros de producción los ahumados y embutidos en las camas de los camiones. Y después bicicleta, carretones o lo que aparezca, para los centros de venta?
Como si no bastara, luego hay, lugares donde los venden que tampoco cuentan con refrigeración.
Lo correcto sería realizar la transportación de embutidos y ahumados en camiones refrigerados, pero las circunstancias económicas actuales lo imposibilitan.
Sin embargo, sí hay una solución simple, a mano, para que cese el trasiego a cielo abierto de productos tan demandados, expuestos a las implacables temperaturas y hasta a las lluvias.
Sencillamente, ¿por qué no transportarlos en horas de la noche o madrugada con una temperatura más fresca para evitar el riesgo de que se afecten y puedan llegar hasta a intoxicar?
En opinión de la dirección de Salud Pública en Villa Clara sería correcto establecer de esa forma el trasiego, para lo cual solo hace falta implementar un cambio de horarios.
Claro, se requiere de la comprensión de las administraciones y de los trabajadores, no acostumbrados a realizar esa faena de noche o madrugada, pero tratándose de la salud, ¿quién va escatimar un esfuerzo más?
El cambio de hora para el traslado de los alimentos señalados resulta una alternativa adecuada con el fin de lograr una mayor seguridad alimentaria, pues las altas temperaturas aceleran la descomposición de los comestibles.
Ahora mismo en Villa Clara hubo un alza de las intoxicaciones alimentarias que involucraron a numerosas personas, aunque afortunadamente no se produjeron desenlaces fatales. Y entre las causas aparecen la ingestión de mortadella, jamonada o jamón en mal estado.
Estos incidentes se deben a graves descuidos en la elaboración, conservación o manipulación de los alimentos en el comercio estatal, particular y hasta en las propias casas.
Ocurre, a pesar de las alertas y supervisiones de Salud Pública, que cada año por esta fecha paralizan, de manera temporal, miles de servicios por condiciones higiénicas incorrectas.
En opinión de especialistas de ese sector, el problema tampoco se va a resolver con las multas, tiene que ser con la exigencia de las administraciones que nunca deben permitir la falta de higiene y otros procedimientos inadecuados.
También los clientes tienen que evitar consumir alimentos destapados en contacto con el polvo o las moscas, que llevan horas expuestos al medio ambiente; fijarse si están bien fregados los vasos o platos y no aceptar que el dependiente les sirva el alimento con la misma mano que manipula el dinero.