Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Cuando la vida ajena quita la calma

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

Preguntémosle a un médico, a una enfermera o a cualquier otro profesional de la salud cuántas horas duerme cada noche desde que decidió dedicarse a la Medicina, o si puede olvidar a un paciente grave aun si está en su casa, o si la preocupación termina cuando ya deja de estar enfermo.

Investiguemos sobre las habilidades que deben desarrollar por encima de sus temores, necesidades o incertidumbres. Contemos los segundos que tardan en reaccionar cuando alguien llora por un dolor, o llega accidentado a un hospital o si, de repente, un aparato conectado a un cuerpo avisa que algo anda mal.

Ellos, todos, son seres humanos como usted y yo, pero en ocasiones parecen robots, por su trabajo incansable y su entereza a pesar del agotamiento comprensible de jornadas extensas de trabajo. Ellos, todos, a veces parecen criaturas sobrenaturales, capaces de superar cualquier circunstancia adversa y regalar alivio, confianza, vida…

«Donde quiera que se ama el arte de la Medicina se ama también a la humanidad», diría Platón, y justamente esa máxima la viven a diario los cubanos porque donde menos lo imaginemos, ahí están, trabajando sin pedir nada a cambio. Y mire que no siempre cuentan con todos los recursos o no poseen las mejores condiciones para realizar sus procedimientos, pero se las ingenian para recibir luego el agradecimiento de una madre, el abrazo de una abuela, el apretón de manos de un padre, la sonrisa de un niño, el llanto de un bebé al nacer…

En estos tiempos de pandemia impredecible, ¿cuánto no han crecido? ¿Acaso podemos pensar en su dedicación puesta a prueba, su constante reto al peligro, su compromiso con la profesión que eligieron?

Los admiro. A todos. A cada uno de los que hoy, sentados en un aula, sueñan con uniformarse de blanco y vivir días de más de 24 horas. Conscientes del estudio interminable y las madrugadas convulsas, serán los dadores de vida años más tarde. Por ello, los aplaudo desde este instante y con certeza sé que muchos pondrán en alto el sentido altruista de nuestro país en cualquier latitud.

Los abrazo a todos. Hoy, 3 de diciembre, Día de la Medicina Latinoamericana, es el pretexto para publicarlo. Pero cada día los abrazo porque sé muy bien lo que se vive cuando es la vida ajena la que quita la calma. Usted también lo sabe… 

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