El resultado de la votación puso en evidencia el rechazo mayoritario de la comunidad internacional a la política hostil y genocida de Estados Unidos hacia Cuba. Autor: Cubadebate Publicado: 30/10/2024 | 08:36 pm
Estados Unidos está solo en el ejercicio de su política criminal e injustificada de presión y chantaje contra Cuba. También resulta cada vez más fuertemente censurado por ella, y son varios los países que se pronuncian ya por que la comunidad mundial representada en la Asamblea General, instrumente acciones para que Washington cumpla con el mandato 32 veces acordado de que la derogue.
Levantar el bloqueo, principal tuerca de la maquinaria exterminadora que constituye la política estadounidense contra Cuba hace más de 60 años, fue otra vez el pronunciamiento masivo de la más amplia instancia de la ONU, cuando 187 de sus miembros respaldaron ese reclamo frente a los dos únicos votos en contra que se han repetido casi cada año: el de los propios Estados Unidos, y el del cancerbero de sus intereses en el Medio Oriente, Israel, quien con desprecio de esa misma Asamblea General prosigue su guerra exterminadora e imperial en la región masacrando a los pueblos palestino y de Líbano.
No asombra que también respalde el incumplido propósito estadounidense de asfixiar a Cuba.
Moldavia se abstuvo, pero tal posición también dejó a ese país en solitario.
El casi unánime y reiterado clamor internacional contra el asedio más largo y cruel implementado contra país alguno, era esperado. Las intervenciones de más de 55 oradores en dos sesiones de debate, algunos de ellos en representación de importantes y gruesos grupos de países, habían demandado su fin y, al hacerlo, no pocos enfatizaron en el daño humano, una realidad cada vez más evidente en tanto el bloqueo se hace más férreo y extendido en el tiempo, lo que impacta con mayor fuerza en la economía cubana.
Ningún otro país, remarcó alguno de los diplomáticos que subieron al podio, habría resistido con tanta resiliencia esa política, que ha hallado en la Ley Helms-Burton y en la falaz inclusión de Cuba en la espuria lista de países promotores del terrorismo, nuevas vueltas de tuerca para endurecerlo.
Del peso que ello tiene en los avatares de la vida cotidiana en la Isla habló también el canciller Bruno Rodríguez Parrilla, en intervención que antecedió al ejercicio del voto y que él inició con la inevitable alusión a los cinco días sin electricidad que enfrentó el país recientemente con causa, en primer término, en la escasez de combustible que provocan las medidas punitivas estadounidenses.
Ese escenario conformó el marco inédito en el cual las provincias más orientales sufrieron el azote de un ciclón, y ha sido la expresión reciente más diáfana y dramática de los fines perversos de la política de asfixia y del sufrimiento humano que provoca, algo que no puede dibujar en contante y sonante ningún informe, ni resolución alguna.
Justificaciones sin asidero
Reiteración anunciada de las falacias con que intenta justificar la actitud de EE. UU. fueron las palabras de su representante, quien hizo uso de excusas tan manidas que fueron advertidas antes por el Canciller de Cuba.
Como en las ocasiones anteriores en que el mundo ha condenado a su país, el diplomático intentó persuadir a la Asamblea de que Washington se preocupa por el pueblo cubano mencionando sumas llegadas a la Isla, dijo, mediante exportaciones comerciales y exenciones a sus medidas de castigo, las que, sin sonrojo y a contracorriente de la opinión mundial, consideró válidas.
Las sanciones son un elemento para impulsar la democracia, el respeto a los derechos humanos y las libertades en Cuba, dijo, en una reiteración del uso manipulado y de doble rasero con que Estados Unidos maneja esos principios… y no solo en relación con la Isla. Las medidas coercitivas unilaterales se aplican hoy contra más de una decena de naciones y han sido reiteradamente condenadas en distintos foros internacionales.
En ese contexto, y al hacer mención a la existencia, según sus palabras, de mil denominados «presos políticos» en Cuba, el representante de EE. UU. puso en evidencia, en cualquier caso, la hipocresía de la política de cerco, que tiene precisamente como propósito crear vicisitudes y descontento, en procura de un estallido social y un violento cambio de modelo.
Al ejercer el derecho a la contrarréplica, el representante permanente de Cuba ante la Asamblea General, Ernesto Soberón, denunció el uso de la mentira y la manipulación para justificar, como cada año, el bloqueo, y aseguró que crece el aislamiento y descrédito de Estados Unidos por esa inmoral política.
Soberón cuestionó que no dijese una palabra en torno a la inclusión de Cuba en la lista de países promotores del terrorismo, repudiada ampliamente en los debates, y que solo busca incrementar la presión.
El representante cubano develó la pretensión del diplomático estadounidense de embaucar, citando cifras falsas de supuestas exportaciones, e incluyendo las que corresponden a fondos destinados a la subversión, así como a la ayuda de los emigrados a sus familias en la Isla, o las donaciones que logran hacer llegar organizaciones no gubernamentales estadounidenses.
Afirman ser un socio comercial pero impiden el uso del dólar en nuestras transacciones, e impiden las importaciones de artículos con más de un diez por ciento de componentes estadounidenses, o realizados con materias primas cubanas, recordó.
También denunció la tergiversación y manipulación del tema de los derechos humanos y aseveró que Estados Unidos, país que no ha ratificado el 62 por ciento de los tratados relacionados con los DD. HH., «no tiene autoridad moral para dar lecciones a Cuba ni a nadie».
Ejecuciones extrajudiciales, torturas y prisioneros sin proceso en el territorio usurpado en Guantánamo fueron algunas de las falencias estadounidenses en la materia citadas por el orador, así como la represión a protestas pacíficas, la brutalidad policial, los homicidios y los tiroteos masivos.
Si a Estados Unidos le interesara el bienestar de los cubanos, escucharía a sus propios ciudadanos que piden el fin del bloqueo, una violación flagrante y masiva de los derechos humanos, afirmó.
Otros pronunciamientos
Durante el segmento de la jornada habitualmente dedicado a la explicación del voto hizo uso de la palabra la representante de Hungría, quien en nombre de la Unión Europea manifestó la convicción de que el bloqueo tiene un impacto negativo para la situación de Cuba y las condiciones de vida de su pueblo así como en el comercio y la inversión extranjera, que pueden ser importantes para que el país enrumbe su economía y supere las dificultades en ese ámbito, señaló.
La diplomática reconoció que las sanciones a Cuba también afectan los intereses económicos de la UE y explicó la oposición a su carácter extraterritorial. No podemos aceptar que esas medidas impidan nuestras relaciones con Cuba, aseveró, y apuntó que los títulos III y IV de la Ley Helms-Burton interrumpen los acuerdos suscritos por EE. UU. y la UE en 2018. Haremos lo posible por encarar sus efectos, advirtió.
También expresó la consideración de que el mantenimiento de Cuba en la lista estadounidense de países promotores del terrorismo, sin justificación alguna, ha erigido nuevas restricciones que pueden sentirse en las importaciones de suministros farmacéuticos y médicos.
Bolivia, Irán, Egipto, Comores, Colombia, Congo, Nicaragua, Pakistán, Belice, Jamaica, Barbados, Tanzania, Kenia, Laos y Chile, estuvieron entre los más de 20 países que hicieron uso de la palabra este miércoles 30 de octubre ante el plenario de la Asamblea General para unirse a la demanda de Cuba: Tumba el bloqueo.