22
Lejos de atender el fallo de la Corte Internacional de Justicia que demandó hace una semana prevenir los actos genocidas en Gaza, Israel incrementó en los últimos días el exterminio de civiles palestinos que suman ya más de 27 000 muertos, en su mayoría mujeres y niños.
El saldo de 118 días de la operación de tierra arrasada en la Franja es mucho más penoso y criminal si se añaden unos 8 000 desaparecidos bajo los escombros de más del 55 por ciento de las edificaciones destruidas por los bombardeos indiscriminados, así como 66 139 heridos y mutilados entre los cuales niños, mujeres y ancianos son la mayor parte.
La histórica decisión del más alto órgano judicial del sistema de Naciones Unidas, integrado por un panel de 15 calificados jueces de todo el mundo, sentó un precedente que Tel Aviv debía acatar pero ignora, gracias al respaldo total que le ofrece el Gobierno del presidente Joseph Biden.
En los días transcurridos desde el pasado 26 de enero ambos socios del crimen concertaron nuevas acciones para borrar del mapa el pueblo de Palestina, que solo reclama su derecho a vivir libre e independiente en su suelo natal.
Desde que la Corte Internacional de Justicia dictaminó que Israel acatara las medidas provisionales que pusieran fin a los actos genocidas, se informó que las tropas de ocupación mataron a 668 palestinos e hirieron a 1 149.
El monitor Euro-Med de derechos humanos dijo que el ejército israelí mató a 373 palestinos, de ellos 345 civiles en las 48 horas posteriores al tan esperado fallo del tribunal mundial.
Por su parte, el Ministerio de Salud en Gaza informó que 114 palestinos fueron asesinados en las tardes del 29 y el 30 de enero.
La oficina de la ONU para la coordinación de asuntos humanitarios dijo el martes que se ha observado que un gran número de hombres palestinos fueron detenidos por el ejército israelí en un puesto de control en Khan Yunis, y durante la semana pasada a muchos de ellos los desnudaron hasta dejarlos en ropa interior, les vendaron los ojos y se los llevaron hacia lugar desconocido.
A todos esos asesinatos y maltratos se suma la intención de Israel, con respaldo de Estados Unidos y sus aliados, de acelerar el genocidio mediante el cierre de operaciones de la agencia de Naciones Unidas para atender las necesidades humanitarias de casi 2 millones de refugiados que serían obligados a morir de hambre y enfermedades.
