LIMA, febrero 8.— Un nuevo cuerpo de ministros sería nombrado por Pedro Castillo en la tarde-noche de este martes, luego de que otra campaña contra su más reciente primer ministro, Héctor Valer, obligara a la renuncia del titular a tres días de jurar el cargo.
Este será el cuarto gabinete nombrado por el presidente peruano en apenas seis meses, como resultado de los ardides y golpes bajos de una derecha legislativa que insiste en sacarlo de la primera magistratura mediante la figura de la vacancia presidencial, y el supuesto de que Castillo está incapacitado para gobernar. Son ellos, sin embargo, quienes le impiden que gobierne.
Un artículo del diario peruano El Comercio —uno de los medios que hace propaganda contra el Presidente— señalaba, en la misma edición en la que una editorial pedía su renuncia, que el 33 por ciento de los temas abordados por el Congreso en este semestre, de una agenda de 73 puntos aprobada, se refiere a «iniciativas no vinculantes, y es el predominante de la producción legislativa». Es decir, que la derecha procura la misma inacción que luego manipula para criticar la gestión del mandatario.
En un comunicado dirigido a la opinión pública y que dio a conocer en la propia jornada del martes, Castillo denunció que «los intentos golpistas se están orquestando con más fuerza desde esta semana», y advirtió que en esta nueva campaña para imponerle la vacancia presidencial, se ponen de manifesto las actitudes antidemocráticas de sectores que «solo buscan desestabilizar al país y poner en riesgo la gobernabilidad».
El Jefe de Estado igualmente rechazó «ciertas tesis sobre la injerencia de mi equipo de confianza en la toma de decisiones. Sus afirmaciones son, en todos sus extremos, falsas».
A pesar de que los nombramientos de sus ministros han obedecido a las presiones de la derecha, que lo obligó a deshacerse de las principales figuras políticas con que contaba para las distintas carteras, Castillo anunció en su mensaje que el nuevo gabinete sería «más participativo y de ancha base para un mayor beneficio de todo el pueblo». También aseguró que su compromiso sigue siendo con todos los peruanos.
Según se conoció, Valer presentó la renuncia luego de que un grupo de mujeres que aseguraron haber votado por el mandatario, se manifestaron contra el nuevo ex primer ministro ante la sede del Ministerio de la Mujer y lo acusaron de «violentador» por haber golpeado a su mujer, ya fallecida, y a su hija, se alega.
«Es un hombre que no recoge los intereses de los pueblos; las propuestas que nosotros propusimos cuando votamos por Pedro Castillo», dijo una exlegisladora izquierdista.
A la sazón, Castillo además había sustituido al Ministro de Ambiente, luego de un derrame de crudo en el Pacífico a mediados de enero, que es considerado como «el peor desastre ecológico» que haya afectado a la capital. El incidente esparció 11 900 barriles de petróleo frente a una refinería de Repsol, narraron medios peruanos.
Llama la atención que en medio de un panorama tan difícil, congresistas de la derecha estén examinando ya el escenario de un posible adelanto de las elecciones, tomando como un hecho la eventual salida de Castillo. El mandatario, sin embargo, insiste en que no renunciará.
Observadores recuerdan que, según la legislación peruana, si el Congreso veta por dos ocasiones al gabinete que sugiera el Presidente, este tiene la potestad de disolver al legislativo. Pero Castillo ha apuntado que durante el último quinquenio, su país vivió «un enfrentamiento inútil» entre los poderes del Estado, y por eso hubo cuatro presidentes y un congreso disuelto en 2019.
«Los ciudadanos no quieren ver anuncios de vacancia (presidencial), ni de cierre del Congreso», aseguró.