Más de 500 detenciones hasta el momento en Ecuador. Foto: Reuters Autor: Reuters Publicado: 08/10/2019 | 10:10 pm
Las protestas han estallado con fuerza inusitada en Ecuador, como si la lava social llevara tiempo bullendo en las entrañas del volcán hasta su eclosión, hace menos de una semana, en las manifestaciones contra la elevación del precio de la gasolina decretada por el presidente Lenín Moreno, y que fuerzas sindicales y populares han identificado como parte de un «paquetazo», pues no se trata solo de eliminar los subsidios a los combustibles y su consiguiente subida de precio.
Además, las medidas que hicieron detonar a los inconformes contemplan, entre otras, reformas en el esquema laboral con la reducción de las vacaciones de los empleados públicos de 30 a 15 días y la obligatoriedad de renunciar al salario de un día, así como cambios en el sistema tributario.
El mandatario, quien ratifica que el paquete no tiene marcha atrás, argumenta que la decisión busca invertir en los más necesitados el dinero que se obtenga, y que propiciará el fomento de puestos de trabajo.
Pero la aseveración no convence a quienes se mantienen en las calles. Detrás de las impopulares medidas están —al menos es lo visible hasta hoy— un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional a cambio de créditos por 4 000 millones de dólares (otros acreedores habrían dado 6 000 millones más) y las consabidas recetas que no solo endeudarán al país, sino que le restarán soberanía porque impondrán el rumbo… y podrían venir otras muchas medidas.
«Nos declaramos en pie de resistencia, en rechazo a las políticas económicas neoliberales y antipopulares del Gobierno de Lenín Moreno (…) Es el momento de unidad, de unirse para dar directrices a este Gobierno», dijo desde las primeras jornadas Nelson Erazo, presidente del Frente Popular, en conferencia de prensa donde estuvieron otras agrupaciones como la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), cuyo presidente declaró que las medidas «tienen evidentemente como cómplice el acuerdo con el Fondo Monetario, pero también con los empresarios».
Aunque el sector transportista, uno de los primeros en hacerse a las calles, depuso su actitud, la movilización se ha incrementado cuatro días después de aquellas declaraciones con la presencia de otros sectores como el universitario y, sobre todo, de la Conaie, que movilizó a 20 000 indígenas esperados en Quito desde el martes, y cuya historia de luchas es conocida tanto como su fuerza, que ha sido capaz de deponer ejecutivos en un país marcado por la inestabilidad política hasta la llegada de la Revolución Ciudadana en 2006: tres presidentes depuestos en los diez años precedentes, dos de ellos como resultado de la rebelión popular, dan cuenta de la beligerancia social ecuatoriana.
Entonces se retomó el clamor de «¡que se vayan todos!» escuchado antes en Argentina, y los inconformes fueron calificados como forajidos, un apelativo que los manifestantes contra la corrupción de inicios de los años 2000, recibieron orgullosos.
Ahora las protestas parecen demostrar que está muy viva la memoria histórica, y que el «paquetazo» puede tener antecedentes en la ejecutoria de este propio ejecutivo.
El expresidente Rafael Correa, quien vive en Bélgica y ha sido acusado por la justicia como parte de una denunciada criminalización de la política de la que también son víctimas otros líderes políticos y sociales, fue responsabilizado de lo que ocurre.
En declaraciones a Reuters, el líder de la Revolución Ciudadana negó las inculpaciones y aseveró: «La gente no aguantó más, eso es la realidad. Ellos mismos crearon la crisis (...) ¿Qué hicieron? La mezcla perfecta: se redujeron ingresos fiscales (...) se incrementó el gasto inútilmente (...) y por último (...) cortaron la fuente de financiamiento interna, el propio seguro social», en alusión a las medidas de austeridad implementadas.
Atenazado por las protestas y el esperado arribo de la enorme marcha indígena al Palacio de Carondolet, el presidente Moreno trasladó al ejecutivo a Guayaquil adonde, dijo Telesur, también llegaron las protestas, lo cual se habría logrado a pesar del cierre de los pasos de acceso, reportado la víspera por medios guayaquileños. Allí, el mandatario se reunió con los representantes de los poderes legislativo, ejecutivo, judicial, electoral y de transparencia y control social.
Se ha reportado oficialmente solo un muerto como resultado del estado de emergencia, pero algunos medios dicen que hay violencia y represión con el ejército desplegado, y fuentes oficiales como el diario El Comercio, hablan de 570 arrestos.
Mientras, algunos reflotan de las aguas políticas como el exalcalde de Guayaquil y excandidato presidencial derechista Jaime Nebot, quien hizo un llamado «a defender unidos la democracia en Ecuador».
Esperemos que el panorama en ríos tan revueltos, no catapulte a pescadores furtivos.
Más de 500 detenciones hasta el momento en Ecuador. Foto: Reuters