El asesinato de dos excombatientes puso de relieve la necesidad de que el partido FARC tenga condiciones para desarrollar su vida politica Autor: Twitter Publicado: 18/01/2018 | 09:59 pm
BOGOTÁ, abril 16. —Tras la firma del Acuerdo de Paz fueron asesinados 128 excombatietes del exgrupo insurgente Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), reveló este lunes el director de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización de Colombia, Andrés Stapper, publica Telesur.
El Gobierno implementó más de 199 esquemas de protección solicitados por colectivos de exguerrilleros de las FARC-EP, dijo el funcionario.
Sus declaraciones ocurrieron a raíz de la conmoción causada en diferentes sectores de la sociedad y, sobre todo, entre los miembros del ahora partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, por el asesinato de un bebé de siete meses de nacido, hijo de un exguerrillero, el pasado domingo.
Stapper condenó el crimen y aseguró que las autoridades iniciaron las investigaciones para dar con los responsables que causaron la muerte al menor al disparar contra sus padres en el departamento La Guajira.
Según versiones de los familiares, el menor habría sido uno de los «bebés de la paz», porque nació en el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación Tierra Grata, en Cesar.
Líderes del partido de las FARC y organizaciones defensoras de los derechos humanos se pronunciaron este lunes sobre el asesinato y exigieron garantías al Gobierno para quienes dejaron las armas y se comprometieron con la paz y la reconciliación de Colombia.
La zona conocida como Monte Lara tiene territorio en Colombia y Venezuela, y es habitada por comunidades wayú. Sus alrededores han sido escenario de confrontaciones entre diferentes grupos al margen de la ley, que se mueven alrededor del contrabando de combustibles y víveres provienen de Venezuela.
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Acuerdo de Paz
En la imagen: Ban ki-Moom, ex secretario general de la organización de Naciones Unidas; el expresidente de Colombia, Juan Manuel Santos Calderón; Timoleón Jiménez, jefe del Estado Mayor Central de las FARC-EP (hoy convertida en partido político) y el Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, General de Ejército Raúl Castro Ruz, durante la firma de los Acuerdos de Paz, noviembre 2016. Autor: Abel Rojas Barallobre
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El 24 de noviembre de 2016, en Bogotá, culminaron los diálogos de paz entre el Gobierno colombiano encabezado por el expresidente Juan Manuel Santos y las FARC. Previamente, estos diálogos tuvieron lugar en Oslo y en La Habana; más tarde, se obtuvo como resultado la firma del Acuerdo para la Terminación Definitiva del Conflicto en la capital colombiana.
Uno de los retos de Iván Duque, al asumir la presidencia, era lidiar con los Acuerdos de Paz. La Fundación Ideas para la Paz (FIP) en un informe, a finales de 2018, titulado «Las garantías de seguridad», manifestó que «en términos generales la implementación de las garantías de seguridad no han logrado contener la violencia ni las amenazas contra los actores claves del proceso de paz. Por el contrario, lo que encontramos en las regiones es el deterioro de las condiciones de seguridad y la incertidumbre sobre la capacidad de respuesta del Estado».