CARACAS, Venezuela.— Sendas reuniones entre el Gobierno y el empresariado en las ciudades de Maracaibo (Zulia, occidente) Maracay (Aragua, centro) y Maturín (Monagas, en el oriente) marcaron la jornada de la víspera tras seis días de haber arrancado lo que se ha denominado aquí la nueva fase de la ofensiva económica.
Los encuentros, que agruparon a los empresarios de las tres regiones, fueron liderados por el vicepresidente ejectivo, Jorge Arreza; el ministro para Industrias, José David Cabello; y el vicepresidente para el área económica, Rafael Ramírez, respectivamente.
Este último informó que en las tres asambleas participaron 1 689 empresas, un número que demuestra «la tremenda acogida que ha tenido en el sector productivo nacional este llamado del presidente Nicolás Maduro a emprender en conjunto esta nueva ofensiva».
Ramírez enfatizó que, al contrario de lo que divulgan los medios de comunicación alineados con la derecha, el país sí se ha enfrentado en los últimos meses a una tremenda guerra económica encabezada por la cúpula de la oligarquía que ha pretendido buscar por esa vía el derrocamiento de la Revolución Bolivariana.
En su comparecencia, transmitida por la televisión estatal y reseñada por decenas de canales y periódicos, el también Ministro del Poder Popular para Petróleo y Minería afirmó que esa guerra se ha visto reflejada en el ataque a la moneda venezolana (el bolívar) y al régimen cambiario, también en la especulación, el acaparamiento intencionado y el contrabando, responsable este último del desvío hacia Colombia de cerca de un 40 por ciento de los productos.
Ramírez comparó los años 80 y 90 de la denominada IV República con los del presente; y dijo que en aquel período la inflación llegó a 106 por ciento en un año y que gracias a las políticas de la Revolución se había logrado estabilizar ese fenómeno en 24,5 por ciento, aunque reconoció que hoy «tenemos una situación coyuntural que vamos a resolver».
Por su parte, Jorge Arreaza pidió a los empresarios privados venezolanos no caer «en las aprehensiones y al temor a la Ley de Costos y Precios Justos».
«Esta es una ley que salió de las voces del pueblo, fue producto de la ofensiva económica de noviembre del año pasado y ocurrieron muchas cosas en esa ofensiva que nos llevan a esta nueva fase» señaló.
El Vicepresidente expuso que uno de los principales retos de la economía venezolana es «dejar el rentismo petrolero» y cambiar la mentalidad consumista incubada a lo largo de años en el país. «Ojalá el día de mañana seamos un país exportador de muchas cosas, no solo de petróleo», expresó y agregó que elevar la producción en todos los rubros es un reto del Gobierno y los demás sectores de la nación, en la que tiene un peso decisivo el privado.