Soldados retiran alambradas que protegían la Corte Constitucional de El Cairo. Autor: AFP Publicado: 21/09/2017 | 05:38 pm
EL CAIRO, agosto 19.— La escalada de violencia que sufre Egipto golpeó este lunes a la policía, con la muerte de 24 de sus efectivos en un ataque armado en el Sinaí, el más grave registrado en la península contra las fuerzas de seguridad en los últimos años.
Según explicaron a EFE fuentes policiales, hombres armados obligaron a los agentes asesinados en el Sinaí a bajarse de los microbuses en los que viajaban y los ejecutaron, otros tres uniformados resultaron heridos de gravedad.
Los agresores lanzaron primero proyectiles de mortero contra los vehículos de las fuerzas de seguridad, que circulaban cerca de la localidad de Rafah, en la frontera con la franja palestina de Gaza, según esta versión.
También en el Sinaí, en la ciudad de Al Arish, un general de la policía murió por disparos de un francotirador y un agente perdió la vida en un ataque a una oficina bancaria y a la sede de la Fiscalía Militar.
Tras estos ataques, las autoridades de facto mantuvieron una reunión de urgencia y decidieron cerrar el paso de Rafah, que comunica con Gaza, donde gobierna el movimiento de resistencia islámica palestina Hamas.
La Hermandad Musulmana (HM), que desde hace más de un mes lidera las protestas contra el golpe de Estado del pasado 3 de julio que destronó al presidente Mohamed Mursi, acusó a las autoridades de orquestar las acciones de este lunes para encubrir la muerte, el domingo, de 36 presos islamistas.
De acuerdo con la Fiscalía de Al Janka, en el norte de El Cairo, los prisioneros murieron por asfixia causada por gases lacrimógenos, cuando 612 miembros de la Hermandad Musulmana detenidos eran conducidos a la prisión de Abu Zabal, y ocurrió un motín, que fue respondido con la dañina sustancia.
Pero la HM acusa a la policía de torturar y quemar a los reclusos para borrar las huellas del maltrato. El portavoz del denominado Frente de Defensa de los Detenidos, Mustafa Azab, afirmó que los detenidos fueron torturados y calcinados, y que las autoridades se niegan a entregar los cuerpos a sus familias a menos que reconozcan que murieron asfixiados.
En rueda de prensa, un abogado de la cofradía musulmana, Ahmed Abu Baraka, reveló que al menos 400 de sus dirigentes han sido detenidos en los tres últimos días. «Ahora planean asesinar a estos dirigentes detenidos tal y como asesinaron ayer a los que estaban arrestados», agregó Abu Baraka en alusión a lo sucedido en Abu Zabal.
Este lunes, los seguidores de Mursi volvieron a manifestarse pero con una táctica de aparición y fuga, según ANSA, para evitar más muertes entre sus filas, y no perder el apoyo popular de una parte de la sociedad, sobre todo cuando la víspera el general Abdel Fatah al-Sisi, jefe del Ejército y artífice del golpe de Estado, advirtió que seguirá respondiendo con mano dura a las manifestaciones de los seguidores de Mursi, en su primera alocución tras los cruentos hechos de sangre acaecidos desde el desalojo, el miércoles pasado, de dos acampadas en las plazas cariotas Rabaa al-Adawiya y Al- Nahda.
Por su parte, los cancilleres de la Unión Europea (UE) discutirán el miércoles sobre sus relaciones con Egipto, según acordaron este lunes.
Una de las posibles acciones es recortar o congelar la ayuda financiera a Egipto, pero midiendo bien las dosis del castigo y estando atentos a cuanto acontece en el resto del escenario geopolítico de Medio Oriente, según ANSA, que da cuenta de las palabras «equilibrio» y «cautela» como los términos empleados por el Servicio de Acción Externa de Bruselas al término de la reunión de este lunes.
De hecho, Arabia Saudita y otros países del Golfo Pérsico anunciaron su disposición a compensar el recorte de fondos que pudiera sufrir Egipto a causa de las sanciones de los países occidentales.
En tanto, Estados Unidos aún mantiene su ayuda militar y económica a El Cairo, unos 1 550 millones de dólares anuales —de los cuales 1 300 millones engrosan el presupuesto militar —aunque de acuerdo con el Departamento de Estado está en curso una revisión de esa asistencia.