Activistas de los Derechos Humanos exigen el cierre de la prisión. Autor: Justin Norman en Flickr Publicado: 21/09/2017 | 05:33 pm
Al menos 23 de los 100 reclusos que continúan hoy en huelga de hambre en la cárcel de Estados Unidos ubicada en una porción de territorio usurpado a Cuba en Guantánamo, son alimentados a la fuerza, informó PL.
Según un reporte de la CBS, esos reos reciben los alimentos mediante sondas nasogástricas por parte de los responsables del centro de detención.
Esta semana llegaron a la instalación militar unos 40 médicos y enfermeros como refuerzo ante el aumento de los reclusos en huelga de hambre, que ya suponen casi dos tercios de los 166 que permanecen en esa prisión.
Pardiss Kebriaei, una abogada del Centro para los Derechos Constitucionales que representa a ocho de los detenidos, aseguró que todo forma parte de «la frustración más amplia de unos hombres que llevan arrestados sin cargos durante 11 años y medio».
La jurista recordó que el presidente Barack Obama prometió el cierre de la prisión en un año tras su arribo a la presidencia en enero de 2009.
Durante sus dos primeros años en el cargo, el gobierno de Obama puso en libertad a 71 presos y en 2010 el Departamento de Justicia hizo una lista con los reos que podrían ser excarcelados, la mayoría de ellos yemeníes.
Sin embargo, el mandatario demócrata prohibió los traslados a Yemen en 2010 después de la revelación de supuestos complots terroristas en ese país. De los 166 recluidos que hay actualmente en el penal 84 son de esa nacionalidad.
El pasado 30 de abril, al cumplir 100 días de gestión en su segundo mandato, Obama renovó el compromiso de cerrar esa cárcel, admitió que no es una sorpresa para él que «estamos teniendo problemas en Guantánamo» y achacó al Congreso la culpa de su incumplimiento.
Sigo creyendo que debemos cerrar Guantánamo, acotó el mandatario al reiterar que no es necesario para la seguridad de Estados Unidos y además «cuesta caro y es ineficaz».
El abogado Carlos Warner advirtió, al referirse al ayuno iniciado el 6 de febrero, que esos hombres desafortunadamente están dispuestos a aceptar la muerte.
La prisión, abierta en 2002 luego de los atentados al World Trade Center, en Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, es considerada por organizaciones de derechos humanos como un centro de detención y tortura, y un campo de concentración en tiempos modernos.
De acuerdo con Warner, la cárcel fue diseñada para «ser exactamente lo que es, una tierra legal de nadie, donde hay un solo camino: salir en una caja».
Los internos sobreviven en Guantánamo en condiciones de vida en las que son sometidos al confinamiento en solitario en celdas con temperaturas extremas y los obligan a permanecer en posiciones humillantes sin ingerir alimentos por largos periodos, entre otros muchos atropellos.
A esto se suman las recientes revelaciones sobre la pérdida de documentos legales de la defensa, lo que hará más dilatado todo el incierto proceso de los presos, algo que califican activistas de absolutamente indignante.