Instalación gasífera de la BP en Amenas atacada por grupo islamista. Autor: AP Publicado: 21/09/2017 | 05:29 pm
ARGEL, enero 20.— Con el hallazgo este domingo de otros 25 cadáveres en la planta argelina de gas In Amenas, ascendió a 80 el número de muertos tras el ataque de un grupo musulmán ultra ortodoxo el pasado miércoles.
El Gobierno había reconocido antes de encontrar estos cuerpos la cifra de 32 atacantes y 23 rehenes fallecidos, siete de estos últimos baleados por 11 secuestradores que murieron luego en una operación de fuerzas de seguridad, recordó Prensa Latina.
Distintas acciones durante los cuatro días de tensión tras el asalto del 16 de enero último y el secuestro de casi 800 trabajadores pudieron causar esas muertes en la instalación, ubicada en el Sahara a 1 500 kilómetros de Argel.
Los cadáveres fueron encontrados este domingo por fuerzas de seguridad que revisaban las numerosas dependencias de la planta, luego del operativo final la víspera contra los atacantes, según la televisora local Ennahar.
El Ministerio argelino de Interior comunicó este sábado que durante las 72 horas en que permaneció en la planta el comando islámico el Ejército liberó a 792 empleados secuestrados por los atacantes, 685 de ellos argelinos y 107 extranjeros.
Respecto a muertes o desapariciones de los países con empleados en In Amenas en el momento del ataque, Reino Unido confirmó seis, Malasia dos, Noruega cinco y Japón diez, aunque se estima que los fallecidos extranjeros sean muchos más.
Los primeros caídos por la acción de los musulmanes ultra ortodoxos fueron un británico y un argelino durante el asalto de dos autobuses el día del ataque.
El ministro argelino de Comunicaciones, Mohamed Said, advirtió en declaraciones a la radio pública Chaine 3 que el balance de muertos puede ser más grave que lo reportado hasta hoy y sugirió que las cifras deben ser revisadas.
Said aseguró que la intención de los asaltantes era matar a todos los rehenes y volar el complejo, que produce el 12 por ciento del gas argelino, operado por la empresa argelina Sonatrach, la británica British Petroleum y la noruega Statoil.
El gobierno argelino aseguró que el ataque no afectó a sus clientes, aunque de momento paralizó la producción de la planta, que procesa nueve mil millones de metros cúbicos anuales desde que fue inaugurada en 2006.
Los gobiernos de Estados Unidos, Francia y Reino Unido, descartaron en respectivas declaraciones la responsabilidad de Argelia sobre el incidente y culparon a los atacantes, que se autodenominan «Los firmantes con sangre».