Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Refuerza Estados Unidos el cerco contra China

Estados Unidos y Corea del Sur comenzaron la construcción de una estratégica base naval en el territorio sureño directamente enfilada contra China

 

Autor:

José Luis Robaina García

A pesar de la fuerte y sostenida oposición popular, Estados Unidos y Corea del Sur comenzaron la construcción de una estratégica base naval en el territorio sureño directamente enfilada contra China, que albergará portaaviones, submarinos y los más modernos y mortíferos sistemas de misiles, incluidos nucleares.

La base está localizada en la aldea de pescadores de Gangjeung, Isla de Jeju, a solo 300 km de Qingdao, sede de la flota del este de la Marina de China, la populosa ciudad de Shangai y otras zonas densamente pobladas del este.

La obra, que dicen está presupuestada en 970 millones de dólares, es construida por la parte sudcoreana para evitar incentivar aun más el rechazo popular que, según encuestas, abarca el 98 por ciento de la población, incluido el gobernador de la ínsula Woo Keunmin.

Según la información disponible, la instalación tiene capacidad para albergar 20 navíos, que dicen estarán equipados con el sistema de misiles Aegis, capaces de interceptar cohetes y hasta satélites a baja altura, y misiles de ataque Tomahawk, que en su versión nuclear tienen un alcance de 2 500 km, muy usados en las agresiones a Irak, Afganistán y Libia.

La obra es parte del sustancial reforzamiento militarista que Washington ha emprendido en Asia y la cuenca del Pacifico para cercar y frenar a China y cualquier otro país que considere pueda llegar a convertirse en rival de Estados Unidos.

La construcción es resultado de la continuas presiones de Estados Unidos sobre Corea del Sur para instalar en su territorio el llamado escudo antimisiles, como confirmó en marzo Eleen Tauscher, subsecretaria de Control de Armas en el Departamento de Estado.

La protesta de la población está siendo reprimida fuertemente por las fuerzas sudcoreanas en presencia de activistas extranjeros también opuestos a la construcción, quienes iniciaron una campaña mundial para salvar a Jeju.

Entre los extranjeros sumados a la campaña figuran prominentes personalidades norteamericanas como el famoso lingüista y profesor del Instituto de Tecnología de Massachusetts Noam Chomsky, el actor Robert Redford y el Presidente de la campaña por el desarme nuclear, profesor Dave Webb.

Por la parte local batallan contra la base destacadas personalidades como el profesor Yang Moon Mo, ex presidente de la Asociación Cinematográfica de Corea, que en prisión estuvo en huelga de hambre 60 días.

En opinión de los pobladores, expresadas en manifestaciones, declaraciones y pancartas, la base coloca esta localidad en el centro de un eventual conflicto bélico entre Estados Unidos y China, y lo convierte en un objetivo militar a abatir en tal caso y obviamente caldea el ambiente con el primer socio comercial de Corea del Sur.

La base es un sustancial fortalecimiento del dispositivo militarista establecido por Washington en Corea del Sur, compuesto por más de una decena de bases, 38 500 efectivos, todo un ejército, el octavo, y abundantes medios aéreos, navales y blindados enfilados contra Corea del Norte y China.

Según diversas fuentes, incluidas norteamericanas, en las bases estadounidenses almacenan bombas y minas nucleares.

En 1987, en Seúl, el entonces Director de Información de la Cancillería aseguró a este periodista que el ejercito sudcoreano no controlaba el armamento atómico y neutrónico almacenado en su territorio, que estaba, confirmó, en manos norteamericanas.

Cuando la guerra de Corea (1950-1953), los presidentes Truman y Eisenhower ordenaron preparar variantes de bombardeos atómicos sobre Corea del Norte y China para tratar de doblegar la resistencia contra la agresión norteamericana y públicamente amenazaron con estas acciones.

Según el libro American Lake. Nuclear Peril in The Pacific estos planes no llegaron a concretarse por el temor a una eventual intervención soviética y al rechazo universal, así como a la falta de preparación de las propias fuerzas norteamericanas para lidiar con las consecuencias de un ataque atómico cuando podía ser afectado el contingente norteamericano sobre el terreno.

Como parte de la preparación de estos ataques, entre septiembre y octubre de 1951 realizaron varios simulacros de bombardeos nucleares bajo la operación codificada Exercise Hudson Harbor, que cuando en la Casa Blanca fueron analizados llevaron al Presidente Eisenhower a declarar que en Corea el uso del armamento nuclear era más “barato” que el de las armas convencionales.

Incluso después de la firma del armisticio en julio de 1953, la Junta de Jefes de Estados Mayores y el Departamento de Estado recomendaron que si se reanudaban las hostilidades Estados Unidos debía emplear armamento nuclear contra Corea del Norte y China.

La historia de Jeju ha sido sumamente trágica.

Antes del comienzo de la guerra, en abril de 1948, su población fue brutalmente masacrada por las fuerzas sudcoreanas con el apoyo de las tropas norteamericanas de ocupación por oponerse a la división del país.

En el clímax de la histeria anticomunista, el entonces jefe de la policía nacional Jo Boungok declaró enfáticamente: “Si es por el bien de Corea qué será mejor que verter gasolina sobre Jeju y quemar a sus habitantes a la vez”.

Según el especialista en historia de Corea John Merrill y otras fuentes, 30 000 ciudadanos fueron asesinados durante las operaciones de tierras arrasadas, 15 % del total, y después se prohibió terminantemente toda referencia a la matanza.

La población sobreviviente luchó en adelante durante cinco décadas para que se estableciera la verdad y en 2005 el entonces Presidente Roh Mon hyun ofreció públicas disculpas por las atrocidades cometidas contra esa comunidad y declaró a Jeju como Isla de la Paz Mundial.

Dada su excepcional ubicación geográfica al sur de Corea, entre China y Japón, Jeju siempre ha sido utilizada como trampolín por fuerzas extranjeras para atacar a los países vecinos.

En el siglo XIII fue ocupada por los mongoles, que desde allí intentaban conquistar el cercano Japón.

Durante la agresión a China en el siglo pasado, desde Jeju partían los aviones japoneses que bombardeaban a Shanghái  y otras zonas del este de China.

Jeju es sede de tres lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la llamada Triple Corona, la única región del mundo con tal reconocimiento y recientemente fue proclamada una de las siete maravillas del mundo.

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