Obama junto a agentes del servicio secreto en la base aérea de Buckley en Colorado. Autor: Reuters Publicado: 21/09/2017 | 05:20 pm
WASHINGTON, abril 27.— El Servicio Secreto de Estados Unidos, que vio recientemente la separación de nueve empleados por un escándalo de prostitución en Colombia, pudiera afrontar hechos comparables que presuntamente ocurrieron en 2011 en El Salvador, según una fuente legislativa.
Las afirmaciones surgieron esta semana, a través de un funcionario del Congreso que habló bajo condición de anonimato.
«Esta semana, el servicio secreto recibió una llamada respecto a las afirmaciones» sobre la supuesta conducta de los agentes en El Salvador, donde Obama tuvo su última parada en una gira latinoamericana a fines de marzo de 2011, citó AFP.
Un subcontratista que «trabajó estrechamente con el equipo del Servicio Secreto encargado de preparar» la visita de Obama sostuvo que los agentes y militares estadounidenses habían entrado en una casa de strip-tease en San Salvador antes de la llegada del presidente.
Según la cadena local Kiro-TV, con base en Seattle (noroeste) y que reveló la información, el hombre vio a los agentes bebiendo alcohol excesivamente y algunos pagarles a prostitutas.
El funcionario del Congreso señaló que el Servicio Secreto le indicó a los parlamentarios en un memorando que intentaba verificar la veracidad de las afirmaciones.
El cuerpo tuvo recientemente su imagen manchada por hechos ocurridos en Colombia y el Pentágono abrió una investigación sobre los 12 agentes y militares que estarían involucrados en el escándalo.
Doce agentes del Servicio Secreto, policía federal de elite encargada de proteger al presidente Barack Obama y su familia, debieron dejar el cuerpo luego de saberse que tuvieron relaciones frecuentes con prostitutas en Cartagena, en la preparación del viaje del mandatario para la Cumbre de las Américas, entre el 14 y 15 de abril pasados.
Nueve de ellos fueron despedidos, han renunciado o se han retirado desde que estalló el escándalo el 13 de abril.
El miércoles, la secretaria de Seguridad interna estadounidense, Janet Napolitiano (ministra que tutela al Servicio Secreto), había asegurado que tenía «total confianza» en el cuerpo a pesar del escándalo.