BAGDAD, febrero 12.— Iraq dio oficialmente hoy el disparo de arrancada para la campaña por las próximas elecciones parlamentarias sumido en un preocupante sectarismo étnico-político que avivó la prohibición de que se postulen prominentes líderes sunnitas, reporta Prensa Latina.
La carrera por los escaños del legislativo, que ayudará a definir el próximo gobierno del país, tiene como principal lastre el impedimento a 512 personas o grupos políticos a inscribirse como candidatos por sus supuestos vínculos con el ilegalizado partido Baas.
Un panel de siete jueces revisa las apelaciones de varios de esos aspirantes a una decisión del Comité de Justicia e Integridad creado con apoyo de Estados Unidos para desbaasificar a Iraq, tras la invasión que derrocó a Saddam Hussein y al Baas, en 2003.
El referido comité, afín al ejecutivo del primer ministro Nouri Al-Maliki, de confesión musulmana chiita, vetó el registro de esas personas —por lo general miembros de la minoría sunnita iraquí—, lo que desató fuertes tensiones de cara a los comicios del 7 de marzo.
Sin embargo, anoche anunció que 28 de los 177 candidatos prohibidos serían autorizados finalmente a concurrir, aunque ratificó el impedimento a los parlamentarios sunnitas Saleh al-Mutlaq y Dhafir al-Ani, suscitando una marcada acritud entre chiitas y sunnitas.
La minoría sunnita, a la cual pertenecía el extinto Hussein y que ya boicoteó los comicios de 2005, acusa al gobierno de marginarla y perjudicar con artificios legales su inserción política y social.
Aunque los referidos jueces deben concluir su labor este viernes, el Comité de Justicia e Integridad ya adelantó que en total 99 personas que apelaron su veredicto seguirán inhabilitados, indicó el portavoz de esa instancia, Ali Al-Mahmoud.
Según la Alta Comisión Electoral Independiente, a los comicios concurren unos 6 500 candidatos, y están empadronados 19 millones de ciudadanos, incluidos 1,4 millones de iraquíes residentes en 16 países, que votarán en 10 000 centros y 54 000 urnas.
La semana pasada, una corte de apelaciones había revocado las prohibiciones impuestas a los candidatos, al alegar que la revisión de sus expedientes tomaría tiempo y se completaría después de la votación, contra lo cual presionaron círculos progubernamentales.
Mientras los ex miembros y simpatizantes del Baas denuncian abusos, grupos de chiitas en ciudades como Diwaniya y Karbala marcharon para respaldar el veto del mencionado comité y que se impida la rebaasificación del país o el retorno a la era Hussein.