Miraflores, 1 de enero de 2009
Compañero
Raúl Castro Ruz
Presidente del Consejo de Estado
de la República de Cuba
Querido hermano Raúl:
Camarada Raúl:
En nombre de mi Pueblo, e interpretando su más hondo sentir, recibe la más fraterna de las felicitaciones por estos cincuenta años que hoy celebra la Revolución Cubana junto al mundo entero, avivando el más puro y genuino fervor revolucionario y socialista, martiano y bolivariano.
Compañero y hermano: Un día como hoy y apenas tocando un año nuevo, se materializa la síntesis histórica de una revolución iniciada por Oriente, el 10 de octubre de 1868, y dirigida por Carlos Manuel de Céspedes, el primer hombre en decir: ¡Viva Cuba libre!
Tú lo has dicho, y el tiempo ha dado cuenta de ello: el Pueblo cubano está preparado para resistir otro medio siglo; ante estas palabras no puedo menos que expresar mi admiración y la plena disposición del Gobierno Bolivariano y del Pueblo venezolano a continuar acompañándolos en esta dura Batalla que se ha transformado en ejemplo de esperanza: medio siglo de construcción de una República Socialista basada en aquello que Martí llamó la dignidad plena del hombre.
De esa dignidad martiana ha dado demostración irrefutable el Pueblo cubano, confirmando que es posible vivir con y en dignidad; que se puede aspirar a una existencia decorosa, como bien lo señaló nuestro Fidel en su memorable autodefensa «La historia me absolverá».
Basta con revisar la historia de estos últimos tiempos y encontraremos un amplio memorial de agravios, afortunadamente frustrados y enfrentados, con la valentía de los hombres que tienen en sí el decoro de mil hombres, al decir de ese grande de Nuestra América que fue José Martí.
Decía Simón Bolívar: La libertad del nuevo mundo, es la esperanza del universo. Siento que el Pueblo cubano ha sido uno de los principales continuadores de este hermoso legado, materializando su dimensión histórica en el presente.
Recuerdo las iluminadoras palabras de José Martí, durante su discurso en la Sociedad Libertaria Hispanoamericana en 1893: ¡Pero así está Bolívar en el cielo de América, vigilante y ceñudo, sentado aún en la roca de crear, con el inca al lado y el haz de banderas a los pies; así está él, calzadas aún las botas de campaña, porque lo que él no dejó hecho, sin hacer está hoy; porque Bolívar tiene que hacer en América todavía!
Eran palabras de un visionario que supo entender a tiempo que la independencia de Nuestra América venía sangrando de antes y no venía más que de sí misma.
Durante tu primera visita a Venezuela como Presidente del Consejo de Estado de Cuba, confirmé que la esperanza es el destino común de nuestros Pueblos, que Venezuela es Cuba, que Cuba es Venezuela, y que la dignificación de las condiciones de vida de un Pueblo son el gran legado de tu amada Patria, son la herencia de la Revolución Madre, como llamo y siento a la Revolución Cubana.
Y luego, en la histórica Cumbre de América Latina y el Caribe en Salvador de Bahía, confirmamos que este destino común es y será una siembra compartida. Tú lo dijiste con una claridad meridiana, no solo fuimos capaces de reunir a los jefes de Estado de nuestra región en un foro de nobles y justas pretensiones, sino que marcamos una postura continental, elevando desde cada uno de nuestros gobiernos una voz solidaria a favor de Cuba, a través de la Declaración Especial de la Cumbre, en la cual reclamamos el cese de esa infamia imperial materializada en el Bloqueo económico.
Te pido que transmitas al hermano Pueblo cubano mis palabras de agradecimiento y admiración junto con el sentimiento de solidaridad y de fraternidad del Pueblo venezolano.
¡¡¡Hasta la Victoria Siempre!!!
¡¡¡Patria, Socialismo o Muerte!!!
¡¡¡Venceremos!!!
Hugo Chávez Frías