La Asamblea Nacional debatirá hoy la enmienda para modificar la Constitución venezolana, que permitiría al pueblo mantener en el poder al líder del proceso revolucionario y de beneficio popular que lleva a cabo Hugo Chávez
CARACAS.— La batalla por la reelección entrará en materia este jueves cuando la Asamblea Nacional debata, en primera discusión, la enmienda para modificar una frase del artículo 230 de la Constitución venezolana, que abriría las puertas para que el presidente Hugo Chávez pueda volverse a postular en los comicios presidenciales de 2012.
Apenas salida Venezuela de las elecciones regionales que ratificaron el apoyo mayoritario a la Revolución sobre todo en las bases, la enmienda envuelve al país en una suerte de carrera de cien metros ante la cual los comicios de noviembre se ven ahora, apenas, como el preámbulo de «calentamiento». Se pretende que no medien más de alrededor de 70 días antes que la iniciativa sea sometida a consideración del pueblo.
Si la campaña para las elecciones del pasado 23 resultó un torneo de largos meses que pulsó la fortaleza ideológica y la capacidad organizativa de los defensores de la Revolución, la lucha por la enmienda toma como sustento esa práctica y los mismos argumentos que propiciaron el voto por los candidatos del PSUV, para lograr ahora una meta superior: abrirle al pueblo la posibilidad de mantener en el poder al líder indiscutible del proceso revolucionario y bolivariano. Aunque todavía faltan algunos años para el próximo torneo presidencial, se trata, como ha dicho el propio Chávez, de salvar la incertidumbre que media desde entonces allá y profundizar a partir de febrero los pasos que adentrarán a Venezuela en el socialismo del siglo XXI.
Febrero ha sido calificado por Chávez como inicio de la tercera etapa de la Revolución. Ese período se emprenderá con fuerza equivalente al respaldo que obtenga la enmienda. Tal conciencia debe estar presente, incluso, en las mismas masas bolivarianas.
La idea es que el trámite legal y técnico se salve en el menor tiempo posible. Si, como se presume, el Legislativo aprueba la enmienda en las dos discusiones reglamentadas —la próxima está fijada para el 5 de enero—, la propuesta será presentada luego ante el Consejo Supremo Electoral, de modo que sea sometida a la consideración del pueblo en febrero. Sin embargo, la oposición quisiera impedirla y, si no, demorarla lo más posible.
Como prueba de respaldo a una iniciativa que emprende el Legislativo pero tiene el aval del pueblo, los revolucionarios recogen millones de firmas que presentarán hoy ante la Asamblea Nacional, cuando esta inicie los debates.
Casi 200 denominados «puntos rojos» se han abierto en todo el territorio para que la ciudadanía estampe su rúbrica, en una campaña que arrancó la semana pasada con la apertura de los libros en las plazas Bolívar de cada cabecera estadal, que en pocos días suma varios millones.
Los jóvenes, grueso del electorado y, por tanto, sector cuyo voto resultará definitorio, han emprendido con fuerza la iniciativa, desmintiendo los esfuerzos opositores por fabricar una «cabeza juvenil» antienmienda, como en otras contiendas electorales recientes.
En la víspera de la primera discusión en la Asamblea, jóvenes tomaron una de las principales arterias capitalinas con iniciativas novedosas, como el despliegue de una amplia tela en un populoso boulevard para que los transeúntes estamparan sus mensajes y firmas.
En otro de los «puntos rojos» abiertos en Caracas, los transeúntes se acercaban a la mesa donde Alex Herrera, presidente del Centro de Estudiantes de la Universidad Simón Rodríguez, recababa firmas y explicaba el propósito de la enmienda.
«Estamos apoyando la reelección porque queremos darle continuidad a este proyecto revolucionario. Con uno o dos períodos (presidenciales) muchas iniciativas se quedan a mitad de camino. El Presidente fue el que inició este proceso socialista, y lo reconocemos como único líder», comentó a JR.
Del otro lado, la dividida oposición busca acciones conjuntas que le permitan frenar la enmienda, y usan toda suerte de argucias «constitucionales» para impedir que la Asamblea analice la iniciativa. Insistentes han sido sus esfuerzos por «demostrar» que la iniciativa es «inconstitucional» porque reitera —supuestamente— un tema ya votado en el referendo de diciembre de 2007, mientras, por otro lado, mienten de nuevo al «advertir» que aceptar la reelección por un tercer mandato pondría en peligro la «alternancia» que fija el artículo seis de la Constitución: falso presupuesto desmentido por el hecho de que aceptar la nueva postulación de Chávez no quiere decir, per se, que resulte electo.
A propósito, no faltan quienes estimen que la apurada campaña opositora por el NO se asienta en el temor de carecer ahora de un candidato que pueda adversar a Chávez en pos de la presidencia, en los comicios de 2012.