Según la fuente, el incidente tuvo lugar en el distrito de Andar, y provocó la muerte del conductor del tanque cisterna y heridas a otra persona.
Hasta el presente ningún grupo o individuo rebeldes asumió la responsabilidad del ataque.
Sin embargo, en semanas anteriores insurgentes talibanes atacaron tanques cisterna que transportaban gasolina hacia la base del Pentágono en el ocupado aeropuerto de Kandahar.
En esa misma región de Ghazni un soldado norteamericano murió al estallar una bomba cuando pasaba un convoy de tropas, en el transcurso de una ofensiva contra los talibán, de acuerdo con voceros del Pentágono.
Desde principio de año 37 ocupantes militares extranjeros murieron en territorio afgano, de ellos 27 de Estados Unidos, que presenta 240 desde su invasión en el 2001.
En otro movimiento, el presidente Hamid Karzai anunció la creación de una nueva fuerza de policía sobre base tribal, en las provincias sureñas (Kandahar, Helmand, Kabul, Uruzgan, entre otras) donde están más activos los rebeldes talibán.
Esa formación inquieta a la comunidad internacional, temerosa del resurgimiento de los ejércitos de los "señores de la guerra", que durante décadas ensangrentaron Afganistán por luchas intestinas y ajustes de cuentas.
Se considera que esa nueva agrupación militar de esencia tribal reforzará al ejército y la policía en los distritos limítrofes con los países vecinos, en especial Paquistán.
La violencia aumentó en el sur y este desde principios de este año y ocasionó la muerte a más de mil personas, entre soldados, policías, civiles y rebeldes talibanes.
Sólo por este concepto más de 700 fallecieron en las últimas tres semanas, lo cual genera nuevos temores sobre el futuro de Afganistán devastado por la agresión cuatro años y medio después de la invasión y ocupación de Estados Unidos y sus aliados.