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Miguel Cuevas, el primer gran toletero de las series nacionales

De no haber cerrado sus ojos para siempre el viernes 24 de mayo de 2024, Sol Miguel Cuevas Piedra habría celebrado este 24 de febrero su cumpleaños 90.

Autor:

Osvaldo Rojas Garay

De no haber cerrado sus ojos para siempre el viernes 24 de mayo de 2024, Sol Miguel Cuevas Piedra habría celebrado este 24 de febrero su cumpleaños 90.

Hablar de Miguel Cuevas es recordar al más grande toletero de los campeonatos nacionales de béisbol en los años 60 del pasado siglo y al último sobreviviente de la alineación abridora del equipo Azucareros, vencedor de Orientales, seis carreras a cero, en el primer juego celebrado en la inauguración de las series nacionales.

Vistiendo la franela de Azucareros, Orientales, Granjeros y Camagüey, se agenció un título de bateo, otro en jits conectados, tres en jonrones disparados, idéntica cantidad en carreras fletadas hacia la goma, uno en bases intencionales recibidas e igual cifra de fly de sacrificio, al lograr 11 conexiones de este tipo en la campaña de 1967-1968, récord que aún se mantiene vigente.

Al comenzar su 13ra. y última temporada, en enero de 1974, Don Miguel —como también le llamaban— encabezaba los casilleros de batazos de vuelta completa (71), carreras impulsadas (472), inatrapables (717), boletos intencionales (85), elevados de sacrificio (32) y era el único pelotero que había rebasado el millar de bases recorridas (1 068).

Además, ocupaba el segundo puesto en dobletes (108), cuarto en anotadas (336), quinto en boletos recibidos (313) y, por si fuera poco, ocupaba el noveno sitio en promedio de bateo con 282 de average.

En una época en que imperaba el bate de madera y una pelota con menos bote, Cuevas fue el único jugador capaz de apuntarse dos bambinazos contra los envíos del desaparecido serpentinero espirituano José Antonio Huelga Ordaz, el Héroe de Cartagena; quien solo soportó nueve cuadrangulares ante los 3 468 bateadores —3 109 de carácter oficial— que enfrentó en 888.1 entradas de actuación en siete contiendas domésticas.

Internacionalmente fue el primer bateador que después de instauradas las series nacionales, largó tres batazos más allá de las cercas en un partido, hazaña que
rubricó en los 4tos. Juegos Panamericanos efectuados en Sao Paulo, Brasil, en 1963, precisamente ante la escuadra anfitriona, en un desafío que culminó con holgada ventaja de los criollos, 17 anotaciones a tres.

Si Miguel Cuevas pudo registrar todas esas proezas se debe en buena medida a que era un estudioso del bateo, tenía una libreta donde reflejaba su actuación en cada juego, anotaba los lanzamientos que le hacía cada serpentinero, con cuál de ellos lo había dominado y a cuál le había bateado.

Al cumplirse diez años de la fundación del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder), el 23 de febrero de 1971, el Tambor Mayor de aquella época resultó elegido entre los deportistas más destacados de la década del 60.

Cuando a los 39 años de edad decidió colgar los spikes, el 21 de noviembre de 1974, tras defender los colores de Camagüey ante una selección de Japón que andaba de gira por el país, el primer gran jonronero de las series nacionales recibió un diploma firmado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, que decía: «A Miguel Cuevas, ejemplo de deportista revolucionario, en reconocimiento del pueblo por su aporte al desarrollo del béisbol de aficionados».

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