Ciego de Ávila es una potencia en el hockey sobre césped. Autor: Osvaldo Gutiérrez Gómez Publicado: 12/10/2024 | 08:33 pm
Si hay algún entrenador en el deporte cubano que ostente 30 coronas en campeonatos nacionales, la redacción deportiva de Juventud Rebelde agradecería nos lo informara para hacer un selecto grupo. Nosotros ya tenemos uno: Eliberto Sarduy Rivero, quien atesora 18 cetros en la categoría juvenil y 14 en la de mayores. ¿Bastarán los dedos de una mano para contarlos?
Fue en la época romántica del deporte avileño cuando conocí a Eliberto, quien ahora es el comisionado provincial de hockey sobre césped, y su hijo Heriberto, el nuevo DT del equipo.
Por entonces no existían academias ni EIDE. Las condiciones eran mínimas, pero este hombre enfrentaba largas jornadas y las incomprensiones de quienes debieron apoyarlo más.
Ni el mismo Sarduy en el momento del diálogo estaba consciente de la tremenda hazaña que ha protagonizado al frente de los conjuntos de hockey sobre césped de la provincia, pero no lo piensa mucho para afirmar que los dos cetros que más están presentes en su mente son el logrado con el juvenil en el año 1986 y el último conseguido con la escuadra de mayores en 2020.
Eliberto, el más laureado entre sus homólogos de todos los deportes en Ciego de Ávila, siempre fue tildado de resabioso, pero ahora mismo, cuando el periodista entrevistó a varios exalumnos, estos reconocieron que sin aquellas exigencias, ni ellos ni Sarduy tuvieran tantas medallas de oro en sus vitrinas.
—¿Recuerdos de la primera vez en lo más alto del podio?
—Fue una gran inyección para tratar de que vinieran otros momentos parecidos. Yo digo que si un éxito no te impulsa no ha sido entonces triunfo. Fue algo inigualable saber que el equipo era el mejor del país, a lo que se agregaba que teníamos conciencia de que estábamos en condiciones de aspirar a más...
—¿Y si tuvieras que mencionar una «derrota especial»?
—Todavía me duele la de 2017 en la categoría juvenil, y es que se rompió en esa oportunidad la cadena de títulos consecutivos, pues desde 1989 no perdíamos el primer lugar. Lo sentí más porque, si bien en otros años el equipo no era el gran favorito, en esa oportunidad logramos formar tremenda «banda», incluso, con dos jugadores que militaban en el equipo nacional, pero nos falló algo que siempre ha sido nuestra bandera: colectivismo.
—Recuerdo que no fueron pocas tus quejas por los casi nulos estímulos que recibieron los jugadores tras conquistar aquellas primeras coronas…
—Es verdad, y mucho que me quejé de que no se reconociera, como lo merecían, atletas que habían dado glorias al territorio. Sin embargo, creo que eso, en el aspecto competitivo, nos ayudó. Este deporte en Ciego de Ávila fue, y es, muy humilde, y los muchachos salen a ganar por su honor. Jamás hablamos de que «te darán esto o lo otro». He visto durante todos estos años como en otros deportes los estímulos se convertían, a veces, en motivos de desunión dentro del colectivo.
«Pero seguiré exigiendo que al hockey se le dé lo que merece, aunque debo confesar que en los últimos años se nos ha tenido más en cuenta. Algunos se ponen bravos cuando digo que es lógico que así sea, pues nos lo hemos ganado. No me importa que me acusen de inmodesto. Me sentiría culpable si no defendiera a todos los que hemos dedicado la vida al hockey. Siempre dejo claro que los triunfos no caen del cielo. Hay que dejar mucho sudor en los entrenamientos».
—¿Será por eso que tienes fama de «viejo peleón»?
—Al principio me disgustaba cuando sabía que algunos pensaban así, pero luego me di cuenta de que ese cartelito venía desde que comencé en esto y era bastante joven. A entrenadores como el desaparecido Roberto Castañeda, de ciclismo; a Omar García y Rogelio del Sol, de baloncesto; y a otros tantos más, nos decían que éramos «atravesados» por estar denunciando las trabas a nuestro trabajo.
«Mientras esté vinculado al deporte seré así. No trabajo para que piensen mal o bien de mí. Lo hago porque me gusta esta profesión y no dejaré de decir lo que tenga que decir».
—En el esquema de juego que te gusta presentar, ¿haces énfasis en el ataque o en la defensa?
—Está claro que sin el balance entre ambas líneas poco se puede hacer, pero en nuestro caso hemos tenido la suerte de tener casi siempre una línea media que sabe qué hacer en ataque y defensa. Te digo, por ejemplo, que en la época de Manuel Marín como jugador el mediocampo casi siempre era de nosotros. Y cuando uno tiene el centro bajo control, todo se hace fácil, tanto para retroceder como para atacar.
—Algunos creen que presionas demasiado a tus atletas al exigirles siempre que si no obtienen el título, el resultado lo calificas de malo, aun cuando hayan merecido la medalla de plata…
—Cuando los muchachos llegan a la academia provenientes de la EIDE les decimos en la bienvenida que aquí no se viene para hacer grupos, que los que están en cualquiera de los dos equipos, juvenil o de mayores, deben tener la mentalidad de campeones. Aquí se gana o se gana. ¿Cómo voy a plantear cuando me hablan de pronósticos que aspiramos a discutir el título? Si digo eso, estoy dando por hecho que el rival tiene posibilidades de vencer. Y que me digan autosuficiente, pero te repito, yo entreno a mis muchachos para ganar. Si eso es «creerse cosas», pues me creo cosas.
—Confórmame un equipo ideal de hockey sobre césped avileño de todos los tiempos…
—Eso se lo dejo a otras personas. Yo no me puedo «meter en candela» con un equipo de ensueño. Podrían quedar fuera varios jugadores que dejaron el alma en el terreno durante muchos años. Lo que sí tengo en esta libretica, en la que llevo mis apuntes desde hace unos cuantos años, son los nombres de los 25 jugadores que no deben faltar a la hora de hablar del hockey en Ciego de Ávila.
«Ellos son los porteros Yendry Delgado Primelles, Evelio Samper Hernández, Leonel López Baños y Yoel Gómez Aguilar.
«Incluyo a los defensas Victorino Valladares Piloto, Edelbenis Sayas González, Yuniel Villanueva Lorenzo, Yordelis Mosquera Enrique, Alfredo Machín Cepeda, Yunior Rodríguez Rodríguez, Minel Prado Hernández y Antonio Caballero Ican.
«En el medio aparecen Ángel Manuel Marín Hernández, Ulises Lapera Luis, Yuri Pérez Pérez, Maikel Trizán Jardines, Richard Somonte Salas y Yendry Herrera Monzón.
«Y como delanteros, Heriberto Sarduy Gómez, Luis Enrique Santiesteban Castro, Ariel García Martín, Fernando Gómez Franco, Carlos Manuel Consuegra Jardines y Miguel Alejandro Ramos Bustamante».
Eliberto Sarduy siempre ha ponderado la disciplina y la exigencia para lograr buenos resultados. Foto: Osvaldo Gutiérrez
—En la despedida, una opinión acerca de Heriberto Sarduy Gómez, uno de los mejores delanteros del hockey cubano de todos los tiempos y que desde hace unos años es el entrenador principal del equipo provincial avileño...
—Todo lo que te diga lo van interpretar como pasión de padre, pero ha sido el goleador cubano más natural que he visto en una cancha. Y como director técnico también tiene ya varias coronas.