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El zurdo de Camagüey ganó por amplio margen y eso fue lo que más activo las alarmas Autor: Leandro Pérez Pérez Publicado: 12/10/2020 | 11:54 pm
La más reciente elección del jugador de la semana ha provocado un debate intenso que raya con los ofensivo en redes sociales, y varias horas después de anunciando el resultado de la votación popular todavía la polémica sigue polarizada. Creo que ha habido un malentendido.
Yo estuve en la reunión donde se propuso la idea de elegir un jugador todas las semanas por sus resultados. El proyecto inicial fue modificado en aras de asegurar la mayor justeza posible, pero el espíritu de la iniciativa jamás fue seleccionar al Jugador Más Valioso, sino ofrecer una oportunidad a los aficionados de ser parte de un espectáculo del que no iban a disfrutar en vivo en los estadios, al menos en una primera etapa.
Esa, y no otra, era la idea original. De lo contrario jamás hubiese dado mi voto a favor, porque una selección seria del mejor atleta en un lapso determinado no se deja solo a criterio de los aficionados.
Cometimos los medios el error de llamarlo Jugador Más Valioso de la semana, o MVP, por sus siglas en inglés, cuando la votación tenía un sentido más popular, aunque partiera de tres candidatos con actuaciones sobresalientes en cinco juegos seguidos.
Ahí está, a mi juicio, la distorsión que ha provocado tensiones, agravios y argumentos de todo tipo en torno a lo sucedido en la tercera votación, ganada por el camagüeyano Yusney Saborit por una diferencia abismal de sufragios.
El viernes cuando se publicó en el sitio www.beisbolcubano.cu la encuesta con los tres nombres, nadie protestó. El trío reunía méritos para merecer la nominación. Algunos supusieron, y me incluyo, que uno de los tres tenía mejor aval en ese período, y esperamos que el resultado de la votación coincidiera con nuestra percepción. Gran error. Error de quienes pensamos así.
Los aficionados siempre van a tomar partido por el jugador de su equipo. Pregunte en la Habana quién es el mejor torpedero que han visto y tendrá una respuesta; pregunte lo mismo en Villa Clara, y tendrá otra. ¿Equivocados unos u otros?. No, ninguno.
Ahora sucedió que el equipo de Camagüey cuenta con un loable manejo de sus redes sociales y son capaces de movilizar muchos votantes por sus candidatos. Que Saborit ganara era probable, pero que lo hiciera con una diferencia de más de 7000 puntos sí deja varias lecturas. O al menos, temas que aclarar.
Qué bueno que cada vez voten más personas, si nos fijamos en los números globales, van creciendo y eso es un signo positivo que confirma el proyecto primigenio de sumar a los aficionados de alguna manera a la serie.
Salvo la primera elección, que fue a dedo debido a problemas técnicos en el sitio web, en las demás hubo 4673 votos, luego 7620 y en la más reciente 15697. ¿No era es lo que se quería, masividad? Esperemos que en la próxima sean cerca o más de 20 mil, y así se mantenga el crecimiento. preocupémonos cuando haya disminución.
Y esta experiencia en redes sociales de los Toros debe multiplicarse en todos los equipos para que voten masivamente por sus jugadores. A fin de cuentas, esa era la idea.
Vayamos entonces al otro asunto. Es necesario elegir al Jugador Más Valioso del Mes, y que en esa selección sí participen prensa especializada, algunos expertos y se incluya en proporciones moderadas el voto popular.
Al elegido semanalmente por sufragio de los aficionados, digámosle como es: jugador de la semana. Sin otro apellido para no herir sensibilidades, ni desvirtuar una iniciativa motivada por una coyuntura que ojalá sea modificada próximamente: la ausencia de público a los estadios.
Merecido el premio de Saborit, un muchacho que tiene una historia de estoicismo y voluntad que amerita aplausos. Había ganado su último juego en 2013 y muchos pensaron que no lo volverían a ver encaramado en el box, hasta ahora que volvió, triunfó nuevamente y para mayor satisfacción, por partida doble en una misma semana.
Huelgan algunos calificativos emitidos en una polémica nada saludable, ni respetuosa en twitter. No le escamotearon el premio a nadie, ni se fue injusto. Era por votación, y ganó el que sumó más votos. Pero reitero, no se eligió, porque nunca fue la idea original, al Jugador Más Valioso de la Semana.
Y ese sí es un premio que le falta a la temporada 60 del béisbol cubano.
