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Yoelvis Fiss decidió el partido. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 12/11/2018 | 05:57 pm
En un campeonato en el que abundan los errores y los horrores (que no son pocos), los Tigres avileños llevan una racha de siete juegos seguidos sin cometer pifias de las que van a los libros y esa hermeticidad defensiva ha sido uno de los pilares para el mejoramiento del equipo en la segunda fase.
Tras un arranque nada agradable de un triunfo y cinco derrotas, ripostaron inmediatamente con seis éxitos en las últimas siete salidas, saldo con el que comparten el segundo lugar en el ordenamiento con sus rivales de turno, a los que remataron espectacularmente el domingo en sus predios del José Ramón Cepero.
Fue este su tercer éxito seguido y ojo, que con remontada de cuatro anotaciones en el noveno inning, pueden embullarse y no parar hasta completar la barrida ante unos villaclareños que llevan cinco reveses consecutivos. Una rebelión de esa magnitud oxigena emocionalmente a cualquier equipo.
En el racimo que sirvió para dejar tendidos en el campo a los anaranjados (10-9) resulta inexplicable que la dirección de los villaclareños haya dejado en el box a un muchacho de muchas potencialidades, y una recta que sobrepasa las 92 millas por hora, pero muy inexperto para situaciones tan complejas. Daniel Conde pudo haber sacado los dos outs que le faltaron y aún así era una decisión polémica haberlo dejado.
Frente a él, quien había entrado en el juego en el séptimo capítulo, ligaron los avileños en el noveno cuatro hits con dos boletos, más un error del camarero Carlos Benítez. El último cohete lo disparó Yoelvis Fiss al jardín central para remolcar empate y gane.
Un triunfo así vale la subserie y con mucha frecuencia la barrida. ¿Será?
