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Los luchadores del estilo grecorromano impusieron su calidad. Autor: Marcelino Vázquez Publicado: 30/07/2018 | 10:03 pm
BARRANQUILLA.— Manuel López soñaba con ser campeón centroamericano y del Caribe. A los 23 años, el mundo parece una galleta que se puede zampar de un bocado y, a fin de cuentas, Manuel entrenaba muy duro en su gimnasio en México para lograr su objetivo.
El sueño de Manuel quizá se vio ligeramente modificado cuando se enteró de que su contendiente sería un hueso duro de roer. Y comprobó que, efectivamente, era imposible una vez que el contrincante cerró el agarre sobre su cuerpo y el Coliseo Universidad del Atlántico de Barranquilla comenzó a girar a toda velocidad ante sus ojos.
Para Ismael Borrero, en cambio, es una pelea fácil. El campeón olímpico y mundial de la división de 59 kilogramos sabe que está en un nivel técnico superior y quiere terminar el enfrentamiento cuanto antes. A diferencia de Manuel, Borrero tiene ya mucho camino recorrido. Así que acaba rápido. Los jueces dictaminan la superioridad técnica del cubano.
«El equipo de lucha ha dado todo de sí», afirma el santiaguero, quien se adapta a una nueva división en este ciclo olímpico, la de 67 kilogramos, en la que quiere mejorar más su trabajo táctico.
Tiene razón el cubano. Los luchadores del estilo grecorromano han tenido una jornada de ensueño. Al título de Ismael se suman los de Luis Orta (60 kilogramos), Ariel Fis (77 kg) y Daniel Gregorich (87 kg). Otra medalla, de bronce fue al cuello de Yasmany Lugo.
«No se puede menospreciar al contrario, por eso nos preparamos bien», afirma Orta, quien agradeció el apoyo y dedicó su medalla al pueblo de Cuba.
Daniel Gregorich, por su parte, confió siempre en el resultado. Son satisfactorias estas medallas, Cuba mantiene su hegemonía en el área, aseguró el habanero, a quien tras cuatro combates sus rivales no pudieron marcarle un solo punto.
Algo más escabroso fue el camino de Ariel Fis. Este joven tuvo que crecerse en varios combates, especialmente en la final, en la cual comenzó debajo en el marcador. El avileño comentó que se armó de paciencia para revertir el puntaje adverso, ya que había enfrentado a su rival, el venezolano Luis Avendaño, en otras ocasiones.
Luego nos encontramos a Yasmany Lugo. Para conversar con este luchador hay que mirar hacia arriba, pues su tamaño supera con creces a los reporteros cubanos que lo rodeamos. Pero esta vez no hace falta. Lugo solo mira al suelo, insatisfecho con la medalla de bronce alcanzada.
El subcampeón olímpico de Río 2016 sabe que no fue su mejor competencia. Explica que el cambio de sistema para el pesaje lo afectó mucho, aunque aclara que ello no justifica nada. No fue mi mejor día, comenta.
Sin embargo, conocemos que Lugo ha combatido con molestias abdominales. Tuvo contracciones musculares por la pérdida de líquido para cumplir con el peso requerido. Esto es algo traumático para el cuerpo, que modifica su volumen en un espacio de horas.
Lo animamos un poco. Lugo muestra optimismo: este lunes estaría Mijaín López en el colchón y cumplirá su propósito. Conociendo el reportero el nivel del multicampeón olímpico y mundial, sabe que Lugo no anda errado. De hecho, desde antes de estas entrevistas, la lucha grecorromana ya ha cumplido. También hacen buen papel las mujeres de la libre. Lianna Montero (57 kg) obtiene la corona y Lilianet Duanes (53 kg) es medallista de plata. Yusneylys Guzmán (50 kg) captura la de bronce. . Lo dicho, Cuba manda sobre el tapiz centrocaribeño.
