Los cubanos enfrentaban al cierre un complicado compromiso. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 21/09/2017 | 06:31 pm
Un equipo no puede permitirse empatar un partido y caer en otro, durante determinado torneo que enrole a ocho colectivos divididos en dos grupos con cuatro elencos cada uno. Porque de ser así, en el partido final estaría obligado a conjugar solamente el verbo ganar si aspira a avanzar a una próxima fase competitiva.
Y eso es lo que le ha sucedido a la selección cubana de futsal en el certamen premundial con sede en Costa Rica, el cual finalizaba su fase preliminar al cierre de esta edición y otorga cuatro boletos para la Copa del Mundo en Cali, en septiembre próximo.
Los alumnos del técnico capitalino Clemente Reynoso, ubicados en el grupo B, abrieron con un inesperado y pálido empate 1-1 contra Curazao, que casi los sacaba de la justa por lo que se les avecinaba. Mientras, en su segunda presentación, sucedió lo esperado: fueron goleados 6-0 por el elenco anfitrión, en la BN Arena de Hatillo.
Luego de ese periplo y con una paupérrima cota de solo un gol a favor y siete en contra, aún les restaban posibilidades matemáticas de alcanzar el ansiado cupo mundialista, porque poseían un punto tras empatar con Curazao y caer frente a los locales.
Costa Rica se convirtió así en el primer clasificado para la cita del orbe en esa llave, e iba seguida por Canadá, que mostraba tres unidades tras su triunfo ante Curazao y el revés inicial frente a los ticos.
Por eso, los cubanos estaban obligados a vencer al cierre al cuadro canadiense en pos de finalizar con cuatro puntos, pues estaba previsto que Curazao cediese ampliamente en su duelo contra los ticos. Un empate o una derrota cubana, los envía de retorno a casa.