Por esas cosas raras del béisbol, lo que sin duda fue la subserie más emocionante en el arranque de la segunda fase de la temporada beisbolera terminó convirtiéndose en el peor ejemplo de lo que deben ser esos enfrentamientos reñidos.
Antes de continuar, quiero exonerar de cualquier responsabilidad a los jugadores, porque hay que reconocer que le pusieron a cada pleito todo lo necesario para que hoy, más allá de los entuertos, se siga hablando de los tres partidos celebrados en el Calixto García holguinero. Pero, sobre todo, del tercero, ese que como sus antecesores se definió por apenas una nariz, tan espectacularmente como los otros, pero con un cuestionable desarrollo.
Fuera de los peloteros, nadie se salva. Y es una lástima, porque esta pelota nuestra no va sobrada de calidad para darse ciertos lujos. Y como yo tampoco voy holgado de espacio, voy al tajo y empiezo por el arbitraje, otra vez enrolado en una noche aciaga, otra vez errático en el conteo —parejo para ambos bandos—, volviendo a ser protagonista de decisiones determinantes.
A riesgo de recibir maliciosas acusaciones, creo que el out en primera del menor de los Gourriel será antológico en el manual de pifias y conozco unos cuantos holguineros que comparten la apreciación. Sin duda alguna, las notas del grupo de imparciales debe haber rozado los mínimos.
No obstante, ninguna, absolutamente ninguna de las equivocaciones arbitrales justifica la reacción del mánager Lázaro Vargas en las postrimerías del juego. Y no me refiero a la protesta justa o no, ya sea enérgica o solapada, como parece que fue el caso, pues no alcancé a descifrar la frase que impulsó al principal Jorge Luis Pérez a sacar al estratega capitalino del terreno. Por lo tanto, no puedo medir merecimientos.
Lo que sí quedaron claras para mí, como para el resto de los mortales que disfrutábamos por la televisión el intenso juego, fueron las groseras oraciones dirigidas al árbitro que siguieron al momento de la expulsión. Hoy, con la cabeza más fría, Vargas debe saber que transgredió esos límites que unos cuantos directores han violentado últimamente, ya sea con reacciones desmedidas, retirando a sus equipos del campo, o modificando masivamente el line up sin justificaciones de peso.
Y por último, pero no por menos importante, haré hueco en estas líneas a la afición holguinera, que si bien es reconocida como una de las más fieles y entusiastas, quedó muy mal parada por unos cuantos irresponsables. Copiar lo peor que se ve en estadios de otras latitudes fue una desafortunada decisión de aquellos que intentaron tener una exigua cuota de protagonismo en esta historia. Los cucuruchos de maní esparcidos por los jardines —ojo que no sucede solo allí— es también un flaco favor que le hacen al prestigio de los miles de seguidores holguineros que sufren y disfrutan los destinos de su equipo.
Reflexionar sobre estos temas se me antoja urgente. Nuestro béisbol padece y somos nosotros, y únicamente nosotros, quienes podemos salvarlo.
Menú de hoy
Como están las cosas resulta arriesgado definir un «plato fuerte» entre las subseries que comienzan hoy, pero el duelo Industriales-Villa Clara, dos de los cuatro líderes del momento, parece un manjar apetecible.
Además, Santiago de Cuba se presenta en Matanzas, los Piratas de la Isla de la Juventud reciben a Pinar del Río, y Artemisa cumplirá con su visita a predios holguineros.
Estado de los equipos |
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JJ | JG | JP | AVE. | Dif. | |
Industriales | 48 |
29 | 19 | 604 | - |
Matanzas | 48 | 29 | 19 | 604 | - |
Villa Clara | 48 | 29 | 19 | 604 | - |
Pinar del Río | 48 | 29 | 19 | 604 | - |
Isla de la Juventud | 48 | 28 | 20 | 583 | 1.0 |
Holguín | 48 | 27 | 21 | 563 | 2.0 |
Artemisa | 48 | 26 | 22 | 542 | 3.0 |
Santiago de Cuba | 48 | 24 | 24 | 500 | 5.0 |
Estadísticas: Federación Cubana de Béisbol |