Despaigne fue la estrella que más brilló en Fukuoka. Autor: Ricardo López Hevia Publicado: 21/09/2017 | 05:31 pm
En las muñecas de Alfredo Despaigne, como en las de algunos de sus compañeros, descansa gran parte de las esperanzas cubanas en el presente Clásico Mundial de Béisbol.
El jardinero granmense, casi siempre en la disputa del liderazgo jonronero en nuestras series nacionales, tiene una gran responsabilidad en la zona media del line up, y él lo sabe. Se ha preparado para ello, y esa dedicación comenzó a dar frutos en los partidos previos celebrados en Taipéi de China, donde disparó cinco vuelacercas.
La buena racha se extendió hasta estas tierras durante la primera fase del torneo, en la que consiguió el tercer mejor promedio ofensivo (.500), gracias a sus cuatro imparables en ocho turnos al bate, entre ellos un doble y el cuadrangular que sirvió para sentenciar el triunfo cubano sobre la novena de Japón.
Esos números avalan su selección como el Jugador Más Valioso de la etapa jugada aquí, premio que recogió al concluir el desafío de Cuba frente a Japón.
Con su modestia de siempre, Despaigne restó importancia a esta distinción, «pues lo más importante es la victoria de este equipo, que desde que salió al entrenamiento antes del juego, lo hizo con mucha garra. Ha sido muy importante comprobar que sí se le puede ganar a Japón, y ahora saldremos a batallar. El equipo se ha preparado muy bien, y por eso fueron los resultados, primero en Taipéi de China y ahora aquí», comentó.
El granmense es uno de los cuatro cubanos que ha logrado llevar la pelota más allá de los límites del estadio Yofuoku! Dome, «algo muy complicado por la gran altura que tiene la cerca de los jardines», comentó.
Sobre el kilométrico batazo que impresionó a quienes asistieron a ver el desafío, mencionó que solo salió a buscar contacto con la bola para conectar un fly que empujara al hombre que estaba en tercera, y evitar el doble play.
Además, al referirse al estado del equipo, el toletero granmense aseguró que se encuentra en muy buena forma, sobre todo a la ofensiva. «Por eso pudimos aprovechar las contadas equivocaciones de los lanzadores japoneses, quienes cometen muy pocos errores».
«En eso —dice— ha sido fundamental la confianza que nos ha dado el director del equipo, que nos estimula a batear cuando es necesario, o a hacer otras cosas para anotar carreras, que en este torneo son muy necesarias», añadió.