El santiaguero Bell hizo sonar el madero con efectividad. Autor: Marcelino Vázquez Hernández/AIN Publicado: 21/09/2017 | 05:30 pm
Usted que ahora me lee, tal vez tenga ya el privilegio de saber cómo terminó el duelo de esta madrugada frente a los australianos, rivales de turno en el segundo partido de preparación programado para el equipo que nos representará en el cercano III Clásico Mundial.
Por fortuna, ganar o perder por estos días no es lo más importante, aun cuando en nuestros orgullosos y particulares códigos no haya espacio para el más mínimo desenlace que huela a fracaso. Sea en el béisbol o en las chapas.
Así, no me preocupa en lo más mínimo el tropiezo sufrido ante la selección anfitriona durante el primer ensayo en tierras de Taipei de China. Dadas las circunstancias, prefiero mirar hacia los detalles.
Adelantó Víctor Mesa antes de partir que había margen para las pruebas, y enseguida imaginamos a la segunda línea en papeles protagónicos. Sin embargo, solo el pinero Andy Ibáñez desentonó con lo que, en opinión de muchos, debe ser la formación titular durante el estreno ante Brasil el venidero 3 de marzo.
La señal más nítida y positiva llegada desde el Oriente fue el desempeño en el cajón de bateo de casi todos los posibles regulares, pues 14 imparables —solo Heredia se fue en blanco— resulta una cifra nada despreciable frente a un equipo que también calibra sus armas para participar en el Clásico. A fin de cuentas, la apatía ofensiva ha sido una de las grandes preocupaciones en los últimos tiempos. Y si a eso se le suma el escaso período de adaptación al violento cambio de horario…
Además del cuadrangular de Despaigne, Cepeda y Eriel se apuntaron sendos dobles entre su par de indiscutibles, mientras que Bell ratificó su enorme calidad con tres «fogonazos» en cuatro turnos.
Ojo, que todo no fue festivo con el madero en ristre, pues frente al abridor local Yao-Lin Wang —al que Despaigne castigó con su cuadrangular— se poncharon cinco cubanos durante las tres primeras entradas.
Contrario a los recientes acontecimientos, las notas más disparejas se originaron en la lomita, por la que desfilaron un total de ocho lanzadores. La mitad de ellos se repartieron a partes iguales los boletos otorgados, aunque el último de ellos, firmado por el guantanamero Alexander Rodríguez, supo a suicidio, pues llegó en el último inning, con las bases llenas, y después de un «bolazo» al bateador anterior.
Para situaciones puntuales echó mano el alto mando cubano a hombres como los zurdos Leandro Martínez, Norberto González y Wilber Pérez, pero ninguno logró cumplir cabalmente con el objetivo. El primero encajó el vuelacercas de tres carreras del designado Yi-Chuan Li, el sureño soportó un hit y una carrera limpia en solo un tercio de actuación, y el pinero no pudo evitar el empate enemigo, aunque la anotación no fue a su récord. Tampoco el villaclareño Diosdani Castillo corrió con suerte, y sobre él cayó la responsabilidad del desenlace.
Después del compromiso con los de la isla-continente, el equipo cubano tiene programados otros tres desafíos preparatorios. Mañana se acondicionará en su cuartel general erigido en la ciudad de Chiayi, y un día después en el estadio Dou-Liu, de la localidad Yunlin County, se medirá con el equipo NC Dinos, recientemente incorporado a la principal liga profesional de Corea del Sur.
Para el viernes está pactado el segundo duelo con la escuadra local —anfitriona del grupo A del Clásico— y el día 24 se completará la estancia en Taipei de China con un partido frente a la representación de Holanda.