La categórica victoria en sets corridos sobre la escuadra de Colombia durante su segunda presentación, podía haber mitigado mi alarma tras el debut de la escuadra femenina cubana de voleibol en la Copa Panamericana, categoría sub-23, que se disputa en Lima. Pero no.
Para borrarme el mal sabor hace falta más que tres parciales ganados a las cafeteras con amplios marcadores de 25-18, 25-17 y 25-21. Y es que el inesperado tropiezo del etiene una connotación trascendental, aun cuando mido cada una de estas palabras para no sonar catastrofista.
Siempre se hace difícil valorar una actuación cuando se carece de vivencias directas. Por eso, más allá de los marcadores, me remito a los criterios de los medios locales y de «foristas» de varios sitios especializados, todos testigos presenciales o a través de la televisión, de lo acontecido en el recinto de la capital peruana.
Comentarios como «desastrosa recepción», «errores infantiles», o «increíble nivel de desconcentración» aparecen en cada reporte encontrado en la red y que se refieren al despliegue de las cubanas durante su estreno en el torneo.
Resulta cuando menos increíble que, después de encarrilar el partido con un triunfo inicial de 25-22, perder el siguiente parcial por 25-27 haya desatado el irreversible desconcierto que llevó a las nuestras directo a la zozobra, con otras dos derrotas parciales por ¡14-25 y 15-25! Me ahorro los adjetivos, y solo añado que las cubanitas fueron capaces de cometer ¡30 errores! y sufrir 12 puntos directos por el saque rival.
Por eso, el triunfo de este martes sobre las colombianas llega como un bálsamo que calma,pero no disimula el farolillo rojo del voleibol femenino cubano, que se prendió una vez más hace unos días en Managua, cuando las chicas del sub-20 cedieron sorpresivamente frente a México en los cuartos de finales del torneo Norceca para la categoría. Ese resultado las desplazó hasta el quinto lugar de esa justa y las dejó sin boleto mundialista.
Por lo visto hasta ahora, el compromiso de hoy frente a las brasileñas que cierra las acciones del grupo A pudiera ser bastante complicado. De cualquier forma, la escuadra cubana parece abocada a jugarse el destino en el cruce de cuartos de finales frente alguno de los equipos que ocupen los puestos dos y tres en la llave B, integrada por República Dominicana, Canadá, Costa Rica y Perú.
Aún queda tiempo para apagar las luces, pero se nota que hay mucho trabajo por hacer, desde la base hasta la superestructura, para al menos cambiarlas a tonos verdes, el color de la esperanza.