Hay que frenar al opuesto francés Antonin Rouzier, quien nos anotó 30 puntos en un partido durante la primera vuelta. Autor: FIVB Publicado: 21/09/2017 | 05:11 pm
París.— Hay batallas que cambian el curso de la historia, y hoy pudiera vivirse una de ellas en la localidad parisina de Bercy, donde las selecciones de Cuba y Francia se enfrentan con objetivos diferentes en la presente Liga Mundial de voleibol.
Este jueves el elenco cubano dio los últimos toques a la preparación del desafío con el análisis de los videos correspondientes a los partidos previos frente a los galos, celebrados en las ciudades de Tours y Toulouse.
Provechoso resultó el estudio del contrario, sus fortalezas y debilidades, así como el reconocimiento de los errores cometidos en esos enfrentamientos. De paso, se trazaron estrategias para frenar el ataque de los jugadores locales que más daños nos hicieron.
Atenciones especiales habrá que tener con el opuesto Antonin Rouzier —nos anotó 30 puntos en el segundo partido— y los auxiliares Nicolas Marechal y Samuele Tuia, quienes mostraron una eficiencia de más de un 50 por ciento en el ataque durante las anteriores confrontaciones.
Por eso, el entrenador asistente Idalberto Valdés describió con detalles en el pizarrón sus «hábitos de ataque», e impartió instrucciones muy precisas sobre la colocación de bloqueo frente a ellos.
«Si mantenemos el nivel que tuvimos en los dos juegos con Corea del Sur podemos cumplir el objetivo», les transmitió Orlando Samuels a sus pupilos antes de comenzar la práctica vespertina en el moderno y espacioso Palais Omnisports de Bercy, donde los franceses deben contar con el apoyo de un entusiasta público.
La sala multiuso que ha acogido los campeonatos europeos de 1994 y 1997 cuenta con una capacidad para acoger hasta 17 000 espectadores. Se encuentra en la ribera derecha del río Sena y es referencia de un barrio que antes fue una comuna anexada a la ciudad en el año 1860.
Ese fue el escenario escogido por los anfitriones para tratar de «arañar» al menos un triunfo que mejore su crítica situación en el torneo, aunque el técnico galo Phillipe Blain se empeñe en asegurarle a este redactor que aún no desestima la posibilidad de arrancarnos el segundo lugar de la llave D.
Sin embargo, Blain reconoció las urgencias que vive su equipo, no solo para el presente torneo, pues si queda en los últimos puestos correría el riesgo de jugarse la permanencia para la próxima edición en las series de repechaje. En el mejor de los casos, le tocaría el próximo año un grupo difícil, junto a los elencos más «duros» del momento.
En un contacto informal —no hubo conferencia de prensa previa a la serie—, el ex jugador de las selecciones nacionales francesas reconoció además que para su escuadra es fundamental una buena actuación en el primer partido. Asimismo, se mostró confiado de lograrlo, atendiendo al partido que perdieron en Toulouse, pero que se extendió a cinco sets.
Como siempre, sobre la cancha se dirán las últimas palabras. Cada cual con sus estrategias, cada uno con sus mejores armas listas para la gran batalla. Solo después del último remate o bloqueo, sabremos hacia dónde se dirige la historia.