Cualquier excusa es válida para hablar de deportes en Cuba. Un solo hit, gol o remate, desata la más loca de las euforias. Sin embargo, hace falta más que deseo para llenar cualquier plaza, y generalmente son las medallas las que provocan la mayor de las alegrías.
Precisamente, una disciplina de las menos seguidas por los cubanos, una que hasta hoy no levanta a casi nadie de las gradas, empieza a despertar sueños.
Sucede que la nueva perla del bádminton cubano, Osleni Guerrero, destrozó cuanto volante le pusieron enfrente y se agenció la medalla de oro en el Segundo Torneo de bádminton Bicentenario de la Independencia de México, que tuvo por sede al Distrito Federal de ese país.
De esta forma, el capitalino sumó 1 700 puntos a su acumulado personal. Así debe mejorar el lugar 19 que ocupa en el ranking continental y su puesto 175 en el listado mundial.
Osleni se impuso en la primera salida de la justa, apabullando al filipino Christopher Flores con cómodos parciales de 25-15 y 25-10. Posteriormente, «le partió la raqueta» al mexicano Job Castillo (14-21, 21-18 y 21-17).
Luego enfrentó a su verdugo histórico y competidor más potente del certamen. Pero las estadísticas no contaron y el guatemalteco Kevin Cordon, número 57 en la lista universal y segundo en América, no pudo hacer nada frente al cubano (16-21, 21-9 y 23-21).
La semifinal también se extendió a tres parciales. El paso arrollador de nuestro muchacho continuó y mandó para la casa al local Andrés López, tras ganar el encuentro 21-7, 19-21 y 21-15.
En el choque decisivo, si nos guiábamos por los números, Bjorn Seguin —dueño del lugar 128 del ranking y segundo mejor ubicado en la competencia mexicana—, salía como favorito. Sin embargo, nuestro Guerrero no defraudó y puso a bailar salsa al neozelandés en un complicado cotejo (17-21, 21-19 y 21-17).
Osleni ya estaba clasificado para los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, pero ahora tiene los ojos puestos en la cita olímpica de Londres 2012.