La Caravana de la XXXIV Vuelta Ciclística ya tomó posesión de esta ciudad, la primada de Cuba, para emprender mañana el recorrido de mil 780 kilómetros en 13 etapas, de Oriente a Occidente de la Isla.
Cada año la centenaria urbe costera recibe con orgullo a pedalistas, técnicos, mecánicos, y otros profesionales entregados a este circo rodante multicolor que embellece las carreteras cubanas y promociona la actividad física y recreación sana.
Pero ahora no es la excepción. Baracoa muestra con dignidad sus heridas provocadas por los embates de los huracanes de finales de año y resurge desde los escombros, poco a poco y con esfuerzo, como la misma de antaño.
El sobrecogimiento que causan los vacíos en su geografía, el malecón cercenado, muros gruesos y vetustos de la Fortaleza la Punta fuera de lugar, edificios en ruinas con huellas de mar y otros destrozos, no opacan la imponencia de su famoso yunque, la hermosura de sus arenas negras y el esplendor de su costa.
La ciudad disfruta por entero de la tradicional largada de la fiesta del pedal, aunque varios moradores expresaron a la AIN su añoranza por el prólogo, esa fecha inicial que definía el primer líder de la competencia, y prácticamente paralizaba la ciudad y era contemplado por grandes multitudes.
Ya casi se oyen las sirenas de la partida. Y como siempre el casi indestructible Hotel La Rusa y el imperturbable "Cristóbal Colón " de la costa darán la despedida mañana a los 109 valientes que pugnarán hasta La Habana en busca de la corona. (AIN)