Para los patinadores cubanos es el reconocimiento social y la posibilidad de competir con atletas de otras nacionalidades. La sala polivalente Ramón Fonts, de la capital, se colmó de música y saltos sobre ruedas, durante la celebración del torneo de patinaje artístico de la IV Olimpiada del Deporte Cubano.
Como campeones del estilo libre se coronaron los occidentales Jessica González y Daniel Curbelo, atletas con experiencia en anteriores Olimpiadas Nacionales y en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007. Ambos señalaron que lo más importante para los patinadores cubanos es el reconocimiento social y la posibilidad de competir con atletas de otras nacionalidades.
Las preseas de plata y bronce en esta modalidad fueron para la mexicana Alejandra Hernández y la occidental Mislena Rodríguez, en el concurso femenino, y para Omar Buergo, de Occidentales y el mexicano Juan Carlos Padilla entre los varones.
Como segunda y última premiación estuvo el combinado, donde se suman los resultados obtenidos por cada atleta en el estilo libre y en figura de escuela. Aquí las féminas estuvieron lideradas por Celia Sansores, de México, en tanto la número uno del estilo libre, Jessica González, quedó segunda. En el tercer puesto ancló la azteca Cristina García.
En el masculino, Daniel Curbelo acaparó su segundo título, mientras Juan Carlos Padilla y Omar Buergo completaron de nuevo el podio, aunque a la inversa de la primera premiación.
Se cierra un cicloPara muchos de los atletas participantes, el tabloncillo de la sala polivalente constituyó el primer escenario de lucha por una medalla. Sin embargo, en el caso de Yisel Rodríguez y Lázaro Álvarez, fue el lugar de despedida.
Lázaro Álvarez y Yisel Rodríguez dijeron adiós al patinaje. Este dúo, campeón en las categorías de pareja de danza e individual en eventos nacionales e internacionales, como los Juegos Panamericanos de Winnipeg 1999, dijo adiós al deporte activo después de toda una vida entregada al arte de patinar.
En la ceremonia estuvo presente Israel Ramos, comisionado nacional de esta disciplina, así como sus entrenadores y compañeros de equipo.
«Nunca esperé esta despedida, es emocionante que se haya realizado el mismo día de las premiaciones del deporte que amamos», opinó Yisel. Y yo me emocioné, porque siempre conmueve descubrir cómo las personas pueden entregarse sin repararos a ciertas causas, aunque su trabajo no sea reconocido en toda su magnitud.