El flamante campeón mundial polaco Pawel Fadek fue noticia aun después de ganar la prueba de lanzamiento del martillo en Beijing. El joven se fue a celebrar y, a la vuelta, muy «dopado» de copas, le pagó al taxista nada menos que con su medalla de oro. Al otro día, en medio de la resaca, Fadek se percató de que le faltaba aquel premio que había ido a buscar al Campeonato Mundial de Atletismo, pero el susto duró poco pues el conductor, muy honrado él, devolvió la presea, ¡voluntariamente!