Hay quien lleva la socorrida frase del «sentido de pertenencia» a los extremos. Un ejemplo es el taxista puertorriqueño Víctor Pérez, quien estuvo ante el volante durante su propia muerte, ambientada con una corona de flores en el asiento trasero. Al velorio fue mucha gente y dicen que algunos hasta se montaron con él, en una última «vueltecita» y se hicieron fotos y videos. ¿Dónde estaba parqueado el taxi? ¡Frente a una funeraria! ¿Dónde si no?