Kike Quiñones, destacado actor e investigador, director del Centro Promotor del Humor durante varios años. Actual Rector de la Universidad de las Artes, ISA. Autor: JAPE Publicado: 06/11/2025 | 09:03 pm
—Kike Quiñones, no solo eres un actor, humorista y promotor, sino que también eres un excelente estudioso, un investigador de la historia del humor cubano. Has retomado el negrito del teatro cubano cuando todos pensaban que había muerto para siempre. ¿Por qué incluir a este personaje de manera notable en tu repertorio, convirtiéndolo en un reto si tenemos en cuenta quienes asumieron ese papel hace ya algunas décadas?
—En mi modesta opinión, el Centro Promotor del Humor le debía al teatro bufo un acercamiento más intencionado. Siempre habíamos hablado del bufo como referente y nunca como objeto para desarrollar un tema desde el punto de vista escénico. O sea, como la posibilidad de representar un pensamiento, un modo de ver la vida desde el arte.
«Yo hago el personaje del negrito por casualidad. Iván Camejo estaba trabajando en el guion de un espectáculo y dentro de ese espectáculo había un sketch que era el negrito y el gallego. Cuando él me trae el texto, que lo leímos, a mí me encantó y le dije que era una lástima desperdiciar ese texto dentro de un espectáculo que no tenía nada que ver con ese estilo. Podía funcionar muy bien, pero nunca sería parte íntegra de la propuesta general. Vimos que profundizar en ese texto era un trabajo muy interesante y que podía traer a la escena contemporánea, justamente desde el Centro Promotor del Humor, una obra vernacular y, por consecuencia, un merecido homenaje al teatro bufo.
«Fue entonces, y a partir de este texto inicial del gallego y el negrito, que comenzamos a trabajar en función del espectáculo Reír es cosa muy seria, no con la intención de asirnos a esos personajes como parte de nuestro repertorio. No pensaba en adicionar el negrito a mi “armario” de personajes, pero sí trabajarlo con seriedad. Investigamos, estudiamos muchísimo hasta que pensamos que ya estaba listo el espectáculo con el mayor referente de todos los tiempos en el humor cubano: El negrito».
—¿Cómo ves la presencia del bufo en la historia del humor y el teatro cubano?
—El bufo es muy importante para la historia de Cuba y para la construcción del pensamiento como nación. En el bufo del siglo XIX descubrimos la génesis de la nación. Es cierto que era racista y discriminatorio, pero en ese contexto colonial era la manera
solapada de hacer denuncias contra el régimen imperante.
«Por ejemplo: Los negros catedráticos, de Pancho Fernández, nos muestran una casta que pretendía vivir a la blanca, porque no representan al negro en sí —recordemos que para los ibéricos todo el que tenía una traza de sangre negra era considerado negro—, entonces, esa casta que estaba entre el poder colonial y el barracón, que de alguna manera fue beneficiada con el reformismo Borbón, era la que ridiculizaba Fernández en esa que fue la única saga del teatro bufo del siglo XIX, antesala de lo que años después sería el vernáculo, donde aparece el negrito.
«Yo creo que fue importante que surgiera en esa condición para que después, a principios del siglo XX, el negrito del vernáculo pudiera mostrarse como otra cosa: por primera vez en la escena se ve un negro (aunque no fuera negro el actor) que representa lo cubano. Analizando en términos socio-políticos, este sería el primer momento en Cuba, desde el arte escénico, que se empieza a pensar como cubano, pero también el primer momento en que se empieza a ganar espacios contra la discriminación racial, porque a nivel de pensamiento la figura que nos representa es un negro. Ahí se resume toda la picardía, la inteligencia, la sabrosura del cubano y, quizá, este era el primer paso en busca de una racialidad más idónea como representación idiosincrática de la cubanía y el cubano vista desde una puesta en escena».


Reír es cosa muy seria, Premio Villanueva de teatro, otorgado por la crítica especializada. Fotos: Cortesía del entrevistado
Luis Enrique Amador Quiñones
MsC. en procesos culturales cubanos, conocido popularmente como Kike Quiñones.
Graduado de Licenciatura en Educación en su natal provincia de Pinar del Río. Desde muy temprano comenzó a destacarse por su trabajo actoral en los medios, particularmente como humorista.
Realizó una ardua superación profesional que incluyó los cursos de verano en el Instituto Superior de Arte, donde tuvo el privilegio, junto a otros compañeros, de recibir clases de personalidades del mundo de las artes escénicas como Amado del Pino, Francisco López Sacha, Armando Suárez del Villar, Corina Mestre y Osvaldo Doimeadiós.
Ha tenido una vertiginosa carrera en las artes, donde, además, se destaca por su intenso trabajo en la investigación y defensa del humor como parte de la idiosincrasia, la identidad y la cubanía.
Ha obtenido innumerable distinciones y premios con una vasta experiencia en el teatro, la televisión y el cine.
Recién concluyó la filmación de la película Teófilo, del director Alejandro Gil, donde se destaca en un papel protagónico.
Sus espectáculos y unipersonales son innumerables conjugando con destreza y profesionalidad la música, el humor y su notable histrionismo.
Fue director del Centro Promotor del Humor durante varios años dejando una estela de significativa labor en dicha institución. Actualmente es el Rector de la Universidad de las Artes, ISA.
(Fragmento de entrevista realizada a Kike Quiñones en 2014 para el proyecto de la serie audiovisual Vivir y morir de la risa)
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