El Día Internacional de la Mujer. Autor: Ares Publicado: 08/03/2025 | 09:01 pm
Ayer fue el Día Internacional de la Mujer y siempre que llegan estos días no puedo evitar recordar a las muchachitas.
Por favor, no malinterpreten. En mis palabras no hay ningún vestigio de morbosidad ni «titimanía», más bien todo lo contrario. Hablaré de las muchachitas como merecido homenaje e inmenso cariño a este singular grupo de mujeres que me llenan de intensa emoción e infinito amor… ¡y ustedes siguen con los malos pensamientos!
Mi madre, que siempre fue una gran activista de la FMC y de todos los movimientos femeninos que incluían talleres de corte y costura, conferencias e intercambios con especialistas de diferentes ramas económico-sociales y otras actividades que años atrás involucraban a la mujer y pululaban por los barrios, no paraba de hablar de sus muchachitas. En una ocasión, cuando ya mi hija sacaba algunas notas del saxofón y por supuesto era el orgullo de la familia, mi madre (su abuela) la convidó a ser parte de la actividad cultural que tendría lugar en una reunión con las muchachitas.
Toda la familia fuimos a ver el debut escénico de mi pequeña Daniela, que recibió un fuerte aplauso de un considerable auditorio compuesto por muchas mujeres, en el que la mayoría rebasaban los 60 años. Ese día, además de sentirnos muy felices por la actuación de la más joven de la familia, descubrimos quiénes eran «las muchachitas» de las que tanto hablaba mi madre.
Pensé que este eufemismo o forma cariñosa de llamar a su equipo de entusiastas compañeras solo lo utilizaba mi madre, pero no es así. Tiempo después, yo estaba cubriendo como periodista una actividad del sindicato de la cultura amenizada por un joven cantante y su popular grupo. Al término del evento fui a saludar al artista y una mujer de mediana edad se acercó a nosotros y le pidió una foto al músico. Este accedió y, luego del clic de la cámara, la mujer le dijo: «no te vayas de aquí que voy a buscar a las muchachitas».
Me reí de manera socarrona y le dije al joven artista a modo de chanza: «Estás acabando y no te estás cuidando». Él se sonrió y trató de decir que no era su culpa cuando llegó la señora acompañada de las muchachitas… Al igual que las muchachitas de mi madre, todas superaban la sexta década e incluso algunas la resaltaban con creces en cuanto a años, pero también en júbilo, alegría, belleza… porque también hay mucha belleza en las muchachitas longevas.
Ya lo dije, no puedo evitar recordar aquellos tiempos, y menos por estos días porque aún sigo rodeado de muchachitas (mi madre y mis dos vecinas colindantes), todas con más de 80 años, a quienes quiero y admiro por su voluntad inquebrantable, su carácter jovial y sus fuerzas de eterna juventud.