Libros. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 06/02/2025 | 09:26 pm
Ya estamos en la víspera de la 33ra. Feria Internacional del Libro de La Habana, que se desarrollará del 13 al 23 de febrero, con su sede central en el Parque Histórico Militar Morro-Cabaña. Este ambiente que genera la fiesta de la literatura y la poesía siempre me motiva a buscar en la memoria. La mayoría son buenos recuerdos de tantos años apostando por la idea de seguir acunando libros en las manos, aunque las ediciones digitales cada vez vayan ganando más terreno por todas las circunstancias y modernidades que se les asocian.
Hoy quiero remontarme a muchos años atrás, cuando el evento tuvo lugar en el recinto ferial Pabexpo, en febrero de 1994. Era una de las etapas más cruentas del llamado período especial, en que las editoras cubanas apenas pudieron mostrar nuevas publicaciones, a riesgo de que una notable generación de jóvenes escritores del patio quedara en el ostracismo. Entonces un grupo de amigos argentinos realizó una convocatoria para apoyar a la cultura cubana, que tituló Pinos Nuevos, basado en un texto del Apóstol. Cien autores cubanos inéditos, comprendidos en narrativa, literatura para niños y jóvenes, poesía, teatro, ensayo y divulgación científico-técnica, vieron publicada su obra luego de una rigurosa selección realizada por jurados compuestos por reconocidos autores de los diferentes géneros. La historia es mucho más extensa, compleja y emocionante, como han sido todos estos años, en que de alguna manera se ha sustentado el proyecto como colección editorial.
Lo cierto es que esa primera vez, entre la narrativa presentada, vimos títulos y autores que asumían el humor como lenguaje en su obra, cuyos textos ya aparecían en nuestra prensa en hilarantes historias y crónicas de aquellos tiempos. En esta inolvidable gesta se dieron a conocer nombres como el de Eduardo del Llano, Nos y otros (en su formación literaria), Jorge Fernández Era, Enrique del Risco, e incluso nuestra querida Laidi Fernández de Juan, con su obra Dolly y otros cuentos africanos, que no era precisamente de humor, pero que ya mostraba en la autora un eficaz manejo de ese lenguaje dentro de su prosa.
Fue una época en la que también se hizo habitual ver libros en pequeños formatos, llamados plaque-ttes (que algunos nombraban bolsilibros), frutos del máximo aprovechamiento de los pocos recursos con que contábamos, pues se imprimían con el papel que quedaba en los picos o rollos que «sobraban» en la imprenta.
Otra gran cantidad de escritores se sintió afortunada con estas breves publicaciones que lanzaba a la luz a bisoños narradores de humor, incluyendo a quien suscribe. Muchos de estos creadores publicados en los plaquettes pertenecían al Movimiento de Jóvenes Humoristas y a la Asosciación Hermanos Saíz, pero también aparecían escritores de la talla de Héctor Zumbado, en una serie humorística nombrada Una de Cal, realizada por la editorial Pablo de la Torriente.
La casa editora Abril, Ediciones Sed de belleza, la editorial Oriente… y otras, en todo el país, se sumaron a esta idea de aprovechar al máximo el poco papel con que contábamos. Gracias al pequeño formato de las plaquettes, la literatura humorística, comprendida en cuentos breves, era quien más se beneficiaba con dicha impresión. Fueron tiempos muy difíciles, pero no paramos de reír; y los libros de humor, en las diversas opciones encontradas, no dejaron de existir.
Ya estamos en febrero, y además de «olor» a Feria del Libro, también «huele» a cumpleaños. Se acerca la fecha en que dedeté cumplirá 56 años de fundado. Más de medio siglo mirando nuestra sociedad y los sucesos más importantes acontecidos en la Isla y el mundo desde una mirada de buen humor. Se acerca, además, la 24ta. Bienal Internacional del Humor de San Antonio de los Baños, programada para el próximo mes de abril. Sería este, sin duda, un momento oportuno para tratar de buscar iniciativas que traigan de vuelta todo el humor que está ausente en nuestra literatura impresa, en nuestra prensa y en nuestras ferias del libro.
Joseph, dedeté, tercera generación
Joseph Rosado Polanco. Muy joven comenzó a colaborar con las páginas de dedeté a principios de siglo, y rápidamente se ganó un puesto en el gremio y en diversos espacios de humor gráfico. Posteriormente se dedicó a realizar videoclips, con los que ha alcanzado notorios resultados. Esporádicamente asume el humor gráfico como parte de su desarrollo profesional.
Des Cubrimiento
El científico tiembla de emoción: ¡Eureka! Ha dado con la forma de imprimir libros enteros en una simple hoja de papel. Para leerlos solo se requieren espejuelos especiales. Ebrio de entusiasmo decide revelar su descubrimiento a la humanidad. En esos momentos no piensa adónde irán a parar los libreros. Sencillamente se siente feliz al pensar que mañana cualquiera podrá pasear con las obras completas de Charles Dickens en el bolsillo de la camisa. ¡Un tomo completo en una sola página! ¿Se imaginan? Abre la puerta de su casa. Son seis disparos. Ha sido asesinado por un fabricante de marcadores.
Enrisco, dedeté 1989