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Portada. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 16/10/2024 | 08:47 pm
El joven cantautor tunero Amaury del Río se reconoce una persona feliz. Le quedan muchos sueños por cumplir, pero poder decir con la guitarra las cosas que siente y piensa es ya la certeza de que podrá seguir cumpliendo metas, haciendo lo que más le gusta.
«Nunca imaginé cuando empecé en el mundo musical que esta podría llegar a ser mi profesión. Me gradué de Estudios Socioculturales, aunque no ejercí como tal porque me centré en la trova y me he dedicado a ella, a ser buen hijo, buen amigo, bueno como pareja… Ahí está la esencia: ser mejor persona siempre, no dejar que termine el día sin haber hecho algo bueno por ti y por los demás, sin sentarte a reflexionar en cómo crecer más…».
Integrante de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), Amaury aceptó el encargo de componer A mis hermanos, la canción que acompaña la jornada por los 38 años de la vanguardia artística juvenil y que, además, mantiene vivo el legado de los jóvenes que dan nombre a esa organización: Luis y Sergio, asesinados por la tiranía batistiana.
«Significó un placer enorme hacer la canción y me alegró mucho que confiaran en mí. La inspiración vino de la mano del estudio sobre la vida de Luis y Sergio, de su obra, de sus ideales..., y entonces no lo sentí como un encargo porque cuando profundicé en sus historias me percaté de que eran conmovedoras. Dos muchachos menores de 19 años que fueron capaces de entregar su vida por algo en lo que creían, uno de los actos de amor más grandes que puedan existir.
«En aquella época eran comunes los asesinatos y las desapariciones de personas, jóvenes incluso, y la narrativa del momento de sus muertes fue mi motor impulsor para desarrollar la idea en la canción, tratar de acercarme a ese momento tan visceral, pero desde una mirada de amor hacia los que dan la vida por sus iguales», afirma.
El 8 de septiembre último el videoclip de la canción A mis hermanos se estrenó en el programa televisivo Lucas y está disponible en plataformas digitales. Es el primer audiovisual de Amaury «y es también un orgullo inmenso que mi primer clip sea con esta canción. Les agradezco mucho a la AHS que me ha acogido desde 2017 y a todos los jóvenes creadores. Mi gratitud también al realizador Claudio Peláez Sordo, gran artista y amigo, que llevó la canción a otro nivel con sus conceptos estéticos».
—¿Cómo defines la grabación de este videoclip?
—Fue un proceso precioso, que demandó un esfuerzo físico y una energía increíble. Aprovechamos la escalada al Pico Turquino que cada año convoca la Asociación y grabamos algunas imágenes ahí y en otros lugares históricos. Por primera vez visité Dos Ríos y para mí fue una experiencia muy emotiva. Subimos con mi guitarra y los realizadores con el equipamiento para filmar, y trabajamos al llegar como si no estuviéramos agotados.
«Viajamos también a San Juan y Martínez, en Pinar del Río, la tierra donde vivieron Luis y Sergio, y nos adentramos en su casa, que hoy es un museo donde están sus objetos personales, sus camisas manchadas con sangre y los agujeros de las balas, donde está la oficina de su padre, las pertenencias de su madre… Fue maravilloso porque ahí también tuvimos la oportunidad de grabar y tuve de cerca la historia de una canción que hice a través de libros. Cada verso me cobraba sentido a la hora de poner los pies en San Juan y Martínez».
—Y desde lo personal, ¿cuánto significó A mis hermanos?
—Esta canción es también un compromiso con la mejor persona que Amaury aspira a ser. Me resulta importante preguntarme qué me toca hacer a mí como cantautor y joven que vive en Cuba. Tengo mensajes que transmitir y muros que
romper en un contexto nacional e internacional bastante complicado. Me toca, como a los de mi generación, transgredir.
«Creo que nos corresponde ir hasta las últimas consecuencias con el concepto de la palabra Patria, que para mí es el bienestar individual y colectivo y el respeto a la opinión diversa. Como digo en la canción, aunque nos maten por cantar, intentando hacer un paralelismo con los hermanos Saíz, a quienes asesinaron por defender sus ideales. Hay que decirlo todo aunque duela, porque el ánimo debe ser el de progresar».
Por la canción comprometida
Amaury se reconoce como un artista que aboga por la canción comprometida, que proponga reflexiones, que transmita mensajes profundos en un momento signado por la colonización cultural y por las dificultades económicas. «Es un gran desafío cantar los pensamientos y las emociones. Yo no provengo de escuelas de arte. Tomé la guitarra en el preuniversitario un día y volví a ella en la universidad, cuando me
vinculé con los talleres literarios y con personas como la profesora y escritora Maritza Batista, quienes me abrieron algunas puertas en el mundo cultural tunero.
«Me uní a otros trovadores de Las Tunas y era una aspiración muy grande integrar la Asociación Hermanos Saíz. Yo quería ser trovador y quería pertenecer a ella porque me abría otro camino, el de no sentirnos solos. Se siente bien ser parte del movimiento y verse reflejado en personas jóvenes que están haciendo lo mismo que tú, que tienen metas similares y que no se cansan por muchos obstáculos que le ponga la vida.
«Todos los de la Asociación llevamos en el pecho el significado de lo que representa integrarla, así que es todo un orgullo pertenecer hasta que pueda. Creo que todavía hay muchas cosas por resolver, muchos problemas por dinamitar y que somos nosotros mismos los encargados de reflejarlos y de resolverlos», señala.
—Este viernes la Asociación cumple 38 años de creada. ¿Cómo desea Amaury que sea la organización en este nuevo contexto que vivimos?
—Apuesto por una Asociación que se parezca más a ella misma. Se perdió un poco el sentido transgresor del arte que hacen los jóvenes y el interés por ellos mismos. En los últimos tiempos hemos avanzado en otro sentido, y nos hemos mostrado como una organización de vanguardia, que desarrolla proyectos y apoya, que es una trinchera de resistencia en la que no vamos a dejar nunca que la seudocultura nos invada y el mal gusto artístico nos carcoma.
«A veces se malinterpreta esa esencia por la falta de información de muchos jóvenes. La Asociación no es una asociación política, es una unión con bases y estatutos en función de un bien colectivo y el respeto a la historia, y, sobre, es una organización de artistas comprometidos con su país. Ella brinda, propone y traza un camino, y cada quien es libre de escoger si desea transitarlo o no. Nos da numerosas herramientas; beneficiarnos de ellas supone también que la respetemos y la hagamos brillar.
«Como jóvenes tenemos que decir las cosas, poner las verdades sobre la mesa porque es una de las funciones principales del arte. Transformar actitudes y modos de actuar y de pensar es una batalla dura, pues el arte no cambia el mundo, pero moviliza. Un artista que no lleve un mensaje contundente cargado de soluciones a partir de la crítica constructiva, desde la mesura y el conocimiento pleno, simplemente estaría adornando el paisaje, pero no hace mucho por él. Un artista no debe adornar el paisaje, sino construirlo».
Inmerso en la preparación de su primer concierto, que ofrecerá el próximo mes de noviembre en el Museo de Bellas Artes — y que se grabará en vivo para conformar un DVD audiovisual—, Amaury recibe al público cada tercer sábado a las siete de la noche en la capitalina Casa del ALBA Cultural, y luego comparte todo cuanto hace en sus redes sociales. «Sigo viviendo mi proyecto de vida lo más feliz posible», nos dice con entusiasmo.
