Hay que ser creativos desde la coherencia

CIEGO DE ÁVILA.— Diminuta, delgada, con pelo exuberante que cuando se suelta parece tragarse el cuerpo, Cleylis Aurora Benítez Castro vive pegada a las sonoridades. A sus 30 años, madre de un bebé (Mauro Guerra Benítez) y vicepresidenta de la Asociación Hermanos Saíz en Ciego de Ávila, confiesa que el encuentro con la música ocurrió desde muy niña en su natal Morón.

«Fui en su búsqueda —cuenta—, siempre tuve claro lo que quería ser. Comencé a frecuentar la casa de cultura Abel Santamaría y ahí comenzaron mis primeros pasos en festivales y talleres musicales. De esos momentos tengo recuerdos hermosos. Imagina una niña que desarrollaba lo que ella creía, para lo que estoy hecha: parecía pez en el agua. Gozaba de felicidad en esos momentos, es la verdad».

Licenciada como Instructora de Arte en la especialidad de Música, Cleylis reconoce la influencia de una variedad muy grande de vocalistas y compositores. Su lista comienza con Ariel Barreiro y sigue con Jorge Drexler, Alain Pérez, Yaima Orozco, Santa Massiel Rueda, Pedrito Martínez, Adel González, Yusa Mar, Yaroldy Abreu, Brenda Navarrete, Omara Portuondo, Gema Corredera y muchos más.

«En realidad son unos cuantos —comenta—. Me gusta mucho escuchar la música. Trato siempre de descifrar los instrumentos, porque cada uno tiene su lenguaje diferente y eso me encanta. Hay muchos artistas que me permiten escuchar de esa manera y comprender lo que quieren».

—Formas parte de Motivos Personales, una agrupación joven, integrada en su mayor parte por mujeres.

—Motivos Personales surge en octubre de 2011. Hoy lo integran Santa Massiel Rueda Moreno, quien es directora, cantautora y guitarrista; Keilys Hernández Betancourt (voz y percusión menor), Dámaso Manuel Denis (percusión) y esta servidora (bajo, percusión y voz).

«Llego al grupo a finales de 2013. Conocía a sus integrantes de la Escuela de Instructores de Arte. Luego coincidimos en una edición del Festival de Jóvenes Trovadores Trovándote, al que invitaron al grupo Feeling, en el que me desempeñaba como guitarrista acompañante.

«En ese evento, Santa Massiel me dijo: «Quiero que seas la bajista de mi proyecto». Sonreí, porque en la vida jamás había tocado un bajo, y hoy lo poco que sé se lo debo a ella, que siempre confió en mí».

—En Cuba hay muchas mujeres dedicadas a la música; pero no hay tantas agrupaciones formadas por mujeres. ¿A qué se debe? ¿Crees que existan condiciones para que veamos a más agrupaciones femeninas?

—No, ni creas. Sí existen muchas agrupaciones femeninas y con muchos logros. Las hay en casi todos los géneros, lo que quizá no son tan visibles. En verdad Cuba es un país musicalmente muy rico, con músicos excepcionales; pero en la visibilidad influyen muchas cosas: las aptitudes, el interés y el amor con el que se pueda impulsar ese tipo de agrupación desde los estudios primarios en la enseñanza artística.

¿Cierto o falso?

—Se dice que los jóvenes no escuchan música ni mucho menos saben qué es la buena música. ¿Cierto o falso?

—Falso. No se puede hacer una afirmación tan radical, ni mucho menos generalizar; aunque no es menos cierto que no se ha sabido extender el buen gusto en nuestros jóvenes.

—También se asegura que el reguetón es malo. ¿Tu criterio?

—No todo.

—Otra afirmación: la música o los artistas, para que se conozcan, hoy están condenados a complacer al mercado, que es decir al dinero. ¿Qué crees?

—Es posible en algunos casos, en otros no. En el caso de Motivos Personales hemos defendido sus esencias y si se ha logrado alguna visualización se ha hecho sin traicionar lo que hacemos.

Por los deseos, al cosmos vamos

—Eres la vicepresidenta de la AHS en Ciego de Ávila. ¿Cómo armonizas el cargo con tu vocación de artista?

—Es complicado, aunque lo disfruto. He tenido que parar un poco mi vocación. Reconozco que no deja de ser difícil llevar, al mismo tiempo, la vicepresidencia, la música y la maternidad. A veces me aturdo, aunque trato de ponerme a la altura. En verdad esas tres cosas (ser madre, el cargo y mi vocación de artista) son para mí como los componentes de una canción: armonía, melodía y ritmo.

—Crees que los espacios de participación de los jóvenes artistas son suficientes en Cuba? ¿Qué existe y qué se debiera hacer para aumentarlos?

—Sí existen muchos y buenos espacios, como Paréntesis, Cuerda viva, Entre manos y En clave. También han aparecido otros; quizá no tan conocidos, pero con mucha participación de los jóvenes artistas y que les han dado la posibilidad de promoción. Sin embargo, creo que las zonas de participación, de intercambio y debate nunca serán suficientes. Siempre se necesitarán más; sobre todo en estos tiempos, en los cuales debemos ponernos creativos de verdad desde la coherencia.

—En una entrevista por la televisión, Alfredo Guevara dijo: «La AHS quiere ser una organización de vanguardia, al menos eso quiere». A ti pregunto: ¿la AHS es vanguardia de la sociedad cubana? ¿Qué puede aportar la organización?

—La Asociación Hermanos Saíz es una organización de vanguardia y lo será siempre que aglutine a jóvenes comprometidos con su tiempo y con el arte, como lo son mis colegas. A esta organización debo mucho: es mi casa, el hogar donde me siento plenamente a conversar e intercambiar criterios, a discrepar sanamente y a crear, que es lo más importante.

—¿Qué proyectos tienes en mente? De estos, ¿cuáles no dejarías para otro momento? ¿Por qué?

— ¿Proyectos en mente…? Unos cuantos (Se ríe). Si nos guiamos por los deseos, hasta al cosmos vamos. De momento uno de los principales es convocar a los amigos para realizar un concierto en vivo como se debe para celebrar por todo lo alto el décimo aniversario de nuestra agrupación Santa Massiel y Motivos Personales. Esto sería, claro, cuando la situación epidemiológica mejore.

«A ese sueño le sigue la grabación de un disco que se venía pensando; pero que la pandemia ha retrasado. De momento esos son los principales y no los dejaría para después porque este es el momento de dejar plasmado en un fonograma la música del proyecto y la manera de festejar un aniversario más en nuestras vidas».

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