Roque Moreno, Armando Valdés y Yudexi de la Torre forman parte del elenco de la telenovela. Autor: Tomado de Internet Publicado: 16/01/2021 | 09:35 pm
Lo extraño hubiera sido que la COVID-19 no se hubiera interpuesto en el camino de Ernesto Fiallo y del equipo de realización de Vuelve a mirar, la telenovela que deberá estrenarse cuando termine La cara oculta de la luna. Sin embargo, estos creadores no se dejaron vencer, a pesar de que «no faltaron los momentos en que pensamos que no lo íbamos a lograr, especialmente porque rodar un dramatizado de este tipo en Cuba es algo bien trabajoso. Por fortuna, cuando se conforma un buen equipo todos los tropiezos pueden ser vencidos casi con magia.
«La pandemia nos puso contra las cuerdas: con el 70 por ciento de la obra filmada, vino a detenerse un proyecto que depende de emociones; en el caso de los actores, de ritmo, de sensaciones… Algunos hasta ganaron peso, una actriz quedó embarazada, otros miembros del equipo no pudieron continuar. Retomar el rodaje tomó tiempo. Y otra vez nos tocó caer en manos del burocratismo, los permisos... Por suerte, la Casa Productora de Telenovelas y la Presidencia de la Televisión nos dieron un apoyo excepcional para poder terminar».
Para Ernesto Fiallo fue una suerte tremenda «grabar todo en exteriores, lo que cambia por completo la visualidad de la obra. Utilizar cámaras con óptica fija, ayuda a crear atmósferas muy especiales en cada set. La fotografía (Ernesto Aguilar y Carlos Talavera) cobra sentido y se aleja de la falsedad de los estudios», afirma.
Quien partió de la idea original de Pavel Alejandro Barrios Sosa, responsable del argumento junto a los finalmente guionistas, Amilcar Salatti y Yoel Infante, no quiso que el regionalismo se apoderara de Vuelve a mirar, aunque las locaciones se distribuyeran en La Habana, «así que le pedí a Leandro de la Rosa, encargado de la presentación, que consiguiera que las transiciones de tiempo transcurrieran en toda Cuba, de modo que la telenovela, que tiene a Oigres Suárez como productor; a Carmen Vázquez como directora de arte, y a Julio César Ramírez como codirector, tendrá un sentido más nacional».
Nuevamente Raúl Paz lo ha acompañado en esta aventura. «Creo que algún día se aburrirá de mí», apunta medio en broma. «Ya es la tercera producción que hacemos juntos, pero a diferencia de las otras, ha concebido la música de una forma más íntima, más personal, es casi como bellas notas en un diario. Parece mágico el modo como nos comunicamos, como llega a entender la historia y a “traducirla” en música».
Por supuesto que tratar la temática de la tercera edad en un audiovisual tan mediático ha significado un reto importante, apunta Fiallo. «Pero era una deuda de nuestra televisión con un sector de la población tan esencial. Creo firmemente que la telenovela como género resulta un instrumento de educación que hemos subestimado. A través de ella podemos llevar mensajes a nuestra gente, sin olvidarnos en lo absoluto del entretenimiento ni del arte».
Vuelve a mirar es, definitivamente, una obra coral en la cual aparecen cerca de 70 personajes, que protagonizan las historias paralelas que sostienen la trama principal. En el elenco destacan actores de la talla de Paula Alí, Rubén Breña, Osvaldo Rojas, Manuel Porto, Nieves Riovalles, Héctor Hechemendía, Miriam Socarrás, Pancho García, Manolín Álvarez..., por mencionar los de más larga trayectoria, referentes indiscutibles de otros que por primera vez aceptaron la invitación de Fiallo: Roberto Salomón, Giselle Sobrino, Grisel Monzón, Yuni Bolaños, Arianna Delgado... Armando Valdés y Melissa Brouhgton son los más jóvenes.
Actores de notables trayectorias como Paula Alí y Nieve Riovalles intervienen en Vuelve a mirar.
Como era de esperar, despuntan además los que no se cansan de seguirle la buena energía a Ernesto y cuyos nombres siempre permanecen vivos en la memoria del televidente, como pasa con Beatriz Viñas, vestida aquí de Consuelo, «una obrera de profesión, muy apegada a su familia que está compuesta por su padre viudo, su hermana, su hija, su nieta y el esposo, y quien convive con estos tres últimos. Su conflicto principal gira en torno al yerno. A partir de aquí hay sucesos de relación de pareja, de casa y de caracteres marcados muy diferentes.
«Superobstinada con el funcionamiento familiar, es de esas personas que siempre ponen por encima y, en primer lugar, el amor y las responsabilidades. Consuelo puede ser insoportable por motivos más que justificados, intransigente al borde del agobio, pero posee un sentido de la honestidad y del bien que se llega a querer y comprender», nos adelanta quien se graduó de Actuación en el ISA y no se cansa de estar bajo las órdenes del director general de Vuelve a mirar, que en un principio empezó llamándose Vida de mi vida.
«Siempre con Fiallo... Esta es mi cuarta novela con Ernesto,me encanta su equipo, tanto de actores como de técnicos. Cada vez que nos logra reunir (los que buscamos acompañarlo todo el tiempo y los nuevos que se suman) es como si se tratara de una fiesta», dice y JR de inmediato piensa que debe ser lo que le sucede asimismo a Alejandro Cuervo, Raquel Rey, Roly Chiong, Delvis Fernández, Yoandry Aballe, Yerlín Pérez...
Una breve aparición en el primer capítulo tiene Julio César Ramírez, quien en Vuelve a mirar se desempeña como codirector.
«Nos une una sana amistad, también cuento con él en la dirección de La neurona intranquila. Tiene una virtud adorable que a los actores nos fascina: nos deja hacer y proponer; llegar pero sin pasarnos», dice la Viñas mientras sonríe agradecida.
Roque Moreno se halla también entre los que encabezan el reparto de «un proyecto bien difícil, porque nos tocó detenernos durante meses por la COVID-19. Eso para cualquier actor representa un desafío: mantener las características físicas, la energía y la historia emocional del personaje. Afortunadamente contamos con un equipo de dirección y producción excelente, así como un elenco que es garantía del resultado final.
«Lo peculiar de Norberto es lo contradictorio de su comportamiento social en contraposición al amor que siente por su esposa e hijo. Se aleja muchísimo del Alberto de El rostro de los días, porque trato de que mis personajes sean lo más diferentes posible. Súmale que mi hijo es Armando Valdés, el Chala de la película Conducta; mi suegra, Paula Alí con quien tuve la suerte compartir el set en La otra esquina, en la que interpretaba a mi madre, en tanto he tenido el gusto de trabajar por primera vez con una excelente actriz de Bayamo, Yudexi de la Torre.
«Aprendo de todos mis directores, sean muy jóvenes o de probada experiencia. Siempre que pueda o me llame me uniré a Ernesto Fiallo, por el aprecio y respeto que le tengo como profesional y ser humano. Me gusta el ambiente que sabe crear a su alrededor y la libertad que da a los actores para proponer y desarrollar sus personajes», enfatiza este médico que el maestro Fernando Pérez nos lo presentó a lo grande en su inolvidable Suite Habana.
Con un currículo impresionante como director de actores, Julio Cesar Ramírez, reconocido actor, dramaturgo, profesor y líder del grupo Teatro D’Dos, se probó en Vuelve a mirar como codirector, lo cual ha constituido «una vivencia realmente significativa», admite quien estuvo al frente del montaje para la tele de la aplaudida La edad de la ciruela.
Cuando le preguntas por su reincidencia con el director de Bajo el mismo sol, La otra esquina y En tiempos de amar, responde: «Opino que es fundamental crear equipo, sea en el teatro o en la televisión. Para lograrlo es esencial descubrir por dónde anda cada cual, si se logra sabes que hay un camino ganado. Como actor siempre me interesó la manera como Fiallo conduce el proceso. Él te marca la pauta y te deja crear, lo cual es muy favorable, pues uno siente, sobre todo, la responsabilidad. Esa libertad es esencial.
Parte del elenco de la nueva telenovela, que se estrenará muy pronto por las pantallas de Cubavisión.
«Sucede lo mismo con el equipo de dirección: tenemos la posibilidad real de aportar. En el caso mío, es la segunda vez, pues me convocó para su novela anterior, En tiempos de amar. Y te aseguro que si me vuelve a llamar lo aceptaría. No soporto la adulonería, pero no puedo decir algo diferente: es un artista, claro.
«De Vuelve a mirar me atrajo el tema: el tratamiento a la tercera edad. Estoy casi seguro de que los televidentes agradecerán mucho esta obra, sobre todo porque no está hecha desde la nostalgia por el pasado: son ancianos que todo el tiempo se proyectan hacia el futuro, y esto es vital. Son ancianos acompañados además de todas las generaciones de una familia, con las contradicciones y virtudes de una familia y de un espacio social. Pienso, y me atrevo a afirmarlo, que el trabajo actoral es muy bueno, hay un equilibrio notable en las actuaciones. El público dirá la última palabra».