Cuando el hoy firmante de esta columna disfrutaba sus años jóvenes, y pasaba ante la escalinata de la Universidad de La Habana, se decía: Algún día subiré. Y subí. Igual pudieron, o pueden, pensar centenares de habaneros, o cubanos, al transitar frente al pórtico neoclásico donde termina la escalinata: Algún día, algún día allí estaré.
Ahora, un libro del periodista Mario Vizcaíno (Pinar del Río, 1964) dedica sus páginas a exponer cuánto piensan de su Alma Mater 34 exalumnos de la Universidad habanera. A todos, el periodista debió provocarlos con preguntas similares. Y el resultado es una muestra donde el lector hallará memorias, más bien evocaciones nostálgicas de aquellos tiempos de estudiantes.
Mas, debo hacer una salvedad, lo expuesto en este libro no se extravía en una lisonjera evocación. Cada uno de los encuestados compuso sus párrafos de modo útil, tan útil que cada experiencia tributa a la historia, ya más que bicentenaria, de la alta casa de estudios, la primera en Cuba por su fundación. No faltan, por tanto, el dato interesante y el juicio meditable.
Repasemos algunos nombres. Abre la relación el doctor Salvador Bueno, fallecido en 2016, dos años antes de que se imprimiera este libro; así ocurre también con otros. Le siguen Beatriz Maggi, Graziella Pogolotti, Serafina Núñez, Roberto Blanco, Aurelio Alonso, Fernando Martínez Heredia, Fernando Pérez, Lina de Feria, Manuel Calviño, Virgilio López Lemus, Luis Toledo Sande, Eusebio Leal, Arturo Arango, Leonardo Padura, Maité Vera…
Todos los nombres —aun los no mencionados por carencia de espacio— portan en su grafía conocimientos y experiencias como para evocar sus días de estudiantes mediante lo preciso del recuerdo, lo justo de sus valoraciones, y la excelencia del texto.
Ediciones Loynaz, de Pinar del Río, nos entregó una edición y un diseño modestos. Y es comprensible considerando los desajustes de nuestra cotidianidad. Pero lo escrito, escrito está, como catauro de opiniones y sensaciones agradecidas. Porque lo fundamental está hecho. Bien hecho: la vigencia de la Universidad de La Habana en una muestra de 34 graduados, cuyos nombres se han fijado en la cultura nacional.