Otto Ortiz, destacado humorista cubano, amigo de dedeté Autor: Juventud Rebelde Publicado: 16/02/2019 | 07:56 pm
Fue sin dudas una agradable sorpresa cuando Otto Ortiz nos llamó para felicitarnos y brindarnos apoyo en las actividades por nuestros primeros 50 años. Pensé que lo mejor era que él hablara personalmente con los lectores y comentara sobre esa relación especial que tiene con el humor gráfico desde que era muy joven. Nació entonces esta breve entrevista en la que «El nene» se declara un fervoroso fanático del dedeté y los caricaturistas cubanos.
—¿Cuántos años ya suma Otto Ortiz haciendo humor?
—Desde niño fui el «simpático» de la familia, por lo tanto, llevo 53 años en esto de pasar por cómico, pero en realidad mi «carrera» comenzó en 1988, año en el que fui descubierto por Virulo en un festival de la Cujae. Voy para 31 años viviendo del cuento.
—¿Consideras que hiciste una buena elección al escoger el humor como lenguaje para comunicarte?
—El humor tiene doble militancia: es capaz de alegrar nuestras vidas y al mismo tiempo puede acabarlas. Es algo necesario para vivir, y algo a lo que se le teme. Todo depende de la posición en la que se encuentre el que lo recibe. En una reunión te pueden decir mil cosas y, aunque te duela, se pasa en poco tiempo. Si en esa misma reunión te dicen lo mismo, pero con un buen chiste, con una broma, con un nombrete simpático, eso lo arrastrarás de por vida. El humor es escudo y lanza al mismo tiempo.
—¿Cuál ha sido el mejor fruto obtenido del humor, y cuál la peor experiencia?
—En 31 años he pasado de todo. Las malas experiencias trato de borrarlas, por suerte no han sido muchas. Tu labor depende de la atención de los demás. Es doloroso cuando estás trabajando en un lugar y pocos te atienden. Regularmente los malos momentos están asociadas a exceso de bebida en los espectadores o a la «repartidera» de comida durante la actuación. Es bueno aclarar que con lo único que no puede competir el humor es con un plato de comida o un «tiro de cervezas».
«Las buenas han sido muchas, dentro de las cuales destaco la Distinción por la Cultura Nacional que se me entregó en 2007, así como dos giras nacionales. Barrer el país haciendo reír a públicos tan diversos es algo grandioso. También te podría nombrar las giras internacionales, pero ya ese fruto es más de mis hijos que mío, ellos son los que más provecho le sacan… Mis hijos inventaron la frase “qué me trajiste”».
—¿Qué piensas del humor gráfico en general, y en particular del humor gráfico cubano?
—El humor gráfico es la asignatura pendiente en mi vida, hubiese preferido ser humorista gráfico que escénico. El poder de síntesis, el decir sin hablar, es algo que solo los elegidos pueden hacer. De todos los humoristas cubanos soy fiel admirador. No hay publicación humorística (lamentablemente muchas ausentes hoy), que no disfrute o haya disfrutado. dedeté, Palante, Melaíto, Aspirina, Bohemia… han formado parte de mi vida. Con dolor y envidia, pero las disfruto mucho. Ares, Laz, Manuel, Panchito, Martirena, Ajubel, Carlucho, Carrillo, Boligán, y más reciente, Brady Izquierdo, son de mis preferidos.
—El dedeté arriba a 50 años de fundado, ¿Tiene esto algún significado para ti?
—¡Claro! Sobre todo, el dedeté de antes, el independiente. Ahora como suplemento se disfruta, pero no es igual. Incluso, en dos ocasiones he publicado en sus páginas. Pienso que 50 años merece más que un suplemento. Somos tantos los humoristas cubanos que nos merecemos tener un espacio para demostrar la variedad de humor que se hace en nuestro país.
—¿Con qué caricaturista te identificas? (puede ser del dedeté o no, incluso puede ser extranjero)
—Lamentablemente con quien más me identifico en el dedeté es contigo, que no eres ni caricaturista, pero admiro a todos, cada cual con su estilo personal y pienso que ahí radica el éxito del humorismo gráfico cubano, en la variedad de formas y estilos.
«Algunos con un trazo elegante, otros más rústicos, pero con mensajes directos y profundos, otros con las historietas… En fin, son muchos y no te voy a decir con quién más me identifico porque sería como negar lo «espectaculARES» que son todos».
—Luego de muchos años dedicado a la escena, se comenta que te dedicarás a la gastronomía… ¿Te ha ido mal en las tablas?
—En las tablas (eso suena a carpintero), no me ha ido mal, pero el humor está muy asociado al carácter y con 53 años tengo más resabios que juegos de palabras. Quiero garantizar mi trabajo para el retiro y por eso estoy creando Otto Lugar, en el borde del Cerro con el Vedado (Cerro y Boyeros). Allí estaré de gastronómico mis próximos 70 años. Tratando de mezclar el bueno comer con el buen reír. Por eso cada vez que se sientan mal en un lugar, ¡salgan de ahí, y váyanse para Otto Lugar!
—Finalmente… ¿Piensas que el humor cubano (en todos los formatos) goza de buena salud? Afirmativo o no, argumente su respuesta.
—Sí, somos un país de humoristas, vivimos con la risa a flor de labios. No hay evento por solemne que sea que no tenga el humor presente. Hace unos días un directivo de la televisión cubana dijo, públicamente en la Mesa Redonda, que la TVC estaba interesada en programas humorísticos, pero que no tenían propuestas interesantes… (pausa para reírme… ja ja ja…) En Cuba hemos estado bloqueados por 60 años. Nos hemos visto limitados en la tecnología, en la medicina, en la construcción… y aun así tenemos universidades, tenemos hospitales… El humor nunca ha sido parte del bloqueo. Nunca hemos dejado de reír. Existen varias empresas con destacados humoristas en sus nóminas. Poseemos un Centro Promotor del Humor que rige la política cultural del humor escénico en Cuba. El humor goza de muy buena salud. Nunca ha estado bloqueado externamente. Lo demás que nos queda es reír y seguir luchando.