Paulina se llevó el Grand Prix y el caluroso aplauso del público cubano. Autor: Julieta García Ríos Publicado: 21/09/2017 | 05:48 pm
A un lado deja las medias y el suéter que calientan su cuerpo. La mexicana sale majestuosa y danza con tantas ganas que el auditórium, conocedor del arte de los giros y las puntas, le aplaude con fervor. Todavía es la segunda vuelta del concurso y muchos aseguran que el Gran Prix le pertenece. Desde lo alto del primer balcón él parece coincidir. Quien no la vio bailar en la sala Avellaneda del teatro Nacional entre el 21 y 26 del pasado mes puede sorprenderse con la noticia: Gana México en La Habana Grand Prix del XII Concurso Internacional de Ballet. Sin embargo, para muchos el anuncio oficial fue la confirmación de su elección.
En el camerino Paulina se desprende de sus personajes y yo le espero en esa suerte de metamorfosis.
Sale vistiendo un sencillo vestido que cubre hasta sus tobillos y entre sus manos trae el trofeo del Grand Prix y el correspondiente a la medalla de oro en la categoría avanzada (modalidad pas de deux).
También le aguardan sus maestras Martha Sahagún, directora de la escuela Fomento Artístico Cordobés de México y la cubana Adria Velásquez: «una profesora muy exigente» con quien ha trabajado técnica y artísticamente.
Me apresuro a conocerla: «Soy muy perfeccionista. Me exijo mucho. Siempre tengo que saber que di lo mejor de mí, si no hubiera agarrado el premio me sentiría bien porque quedé conforme con mi actuación».
—La competencia
—Muy fuerte. Me dije: quiero ganar y voy a darlo todo para lograrlo.
—Los personajes
—Disfruté mucho haciendo la variación del Cisne Negro. Para incorporarlo vi muchos videos, estudié cómo cada quien interpreta a estos personajes y tomé lo que más me gusta de cada uno y le puse un poco de mí. Prefiero los personajes fuertes. Con carácter.
—¿Paulina es fuerte también?
(Risas). Podría decirse que sí.
—Las otras variaciones
—Esclava, era un reto para mí. Pues debía superarme al tener un rol diferente. Aquí salgo suave, más delicada… me costó trabajo su caracterización, técnicamente es difícil y tuve que ponerle muchas horas de trabajo.
«Odalisca, en cambio, la hago desde hace mucho tiempo. Es uno de los personajes que más disfruto hacer porque me encanta girar. Es de las cosas que más me divierten del ballet».
—Cada bailarín tiene su sello, ¿cuál es el tuyo?
—Pues los giros.
—¿Dónde esta el secreto?
—En no pensar que quiero hacer diez pirué. Solo voy por uno y nada más, con la colocación y un movimiento de la cabeza sigo hasta que pueda.
—Grand Prix y medalla de oro en Cuba
—Me hace sentir muy bien, porque iba contra puro cubano. Nunca imagine venir aquí y ganar.
—Cuando no bailas, ¿qué prefieres hace?
—Me encanta quedarme en casa y leer. Eso me relaja. Mi autor preferido es Oscar Wilde.
—Próximos desafíos
—Me preparo para ir en junio a los Estados Unidos y presentarme en el America s official international ballet competition en Jackson, Missisipi.
Paulina no se confiará, pero le alienta saber que en Cuba «giró» en casa del trompo… y triunfó.
Al decir de la maestra Martha Sahagun, la carrera de Paulina ha tenido altas y bajas. Hace siete años ganó el Premio Promesa de la danza en el Youth American Grand Prix. Luego en el Concurso Nacional de Ballet de México obtuvo medalla de oro en el 2005 y 2007, y bronce en el 2011. Ese mismo año se presentó en La Habana y quedó bronce.