Julio César Ramírez, director de Teatro D’Dos. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 05:44 pm
Teatro D’Dos sirve la mesa y nos convida a disfrutar de una exquisita pieza. Contigo, pan y cebolla regresa de la mano de la agrupación que dirige Julio César Ramírez, justo cuando se celebra el aniversario 50 de su estreno.
Para conocer acerca de las impresiones y desafíos de asumir esta puesta, Juventud Rebelde dialogó con el director de la agrupación.
—Contigo pan y cebolla es considerada un símbolo por su arraigada popularidad. ¿Cómo se inscribe esta pieza en la historia del teatro cubano?
—Es uno de los textos esenciales de la historia del teatro contemporáneo. Fue escrita en 1962 y estrenada en 1964. Héctor Quintero es el gran comediógrafo cubano, que supo explorar en la naturaleza de sus coterráneos con mucha agudeza. Recreó, como nadie, el sentido del humor criollo de manera elevada.
Para Julio César Ramírez, en esta obra, como hizo Virgilio Piñera con Aire frío, se realiza una radiografía del cubano y de parte de su historia. Como en casi todas las obras de Quintero, el trazado de los personajes es casi perfecto, y el rol de Lala Fundora se eleva a ese gran panteón de los personajes femeninos de las tablas cubanas.
«Es una obra para todos los tiempos, con un tremendo sentido de la universalidad. Héctor es un dramaturgo que, al igual que Abelardo Estorino y Alberto Pedro, debe estar permanentemente en nuestros escenarios, porque el diálogo con el público es extraordinario y esa interacción en escena es necesaria».
—El texto conmina, desde los entresijos de su tiempo, a la reflexión en torno al presente. ¿Qué implica asumir la puesta en escena de una pieza con códigos tan universales?
—Un riesgo tremendo, que es lograr que el elenco se contagie, disfrute y sea capaz de expresar esos niveles de realidad que atesora la obra.
«Contigo… está cargada de símbolos. Aparentemente todo es fácil, pero en el fondo subyace una subtextualidad que Quintero sabe criollizar con elegancia, porque es un maestro del diálogo».
Precisó Ramírez —quien tiene además entre sus planes para este año el montaje de su primer clásico que será El rey Lear, de Shakespeare; así como una versión de Macbeth—, que la obra entraña otras complejidades pues no son muchos los que la han llevado a escena. Sergio Corrieri la estrenó en el año 1964 con Teatro Estudio, después Quintero asumió las siguientes puestas, hasta que hace unos años se repuso en el teatro Mella.
«Ahora estamos nosotros en ese camino y pienso que el resultado va a satisfacer al público. Tenemos que asumir que esta será una puesta en crecimiento. Es considerablemente larga, aunque no concebí el entreacto, sino que hacemos la tirada completa. En la historia del teatro del patio hay dos inolvidables Lala Fundora: la que hizo Berta Martínez y, posteriormente, la de Alina Rodríguez. En este caso ese personaje será doblado e interpretado por Daysi Sánchez y Linet Cremata».
—¿Cómo se inserta la obra en el quehacer de Teatro D’Dos?
—Siempre insistimos en el tema de la familia, por eso creo que se inserta perfectamente en nuestro desempeño.
Teatro D’Dos acude generalmente a textos más dramáticos. No incursionan con frecuencia en la comedia, aunque cuando inauguraron el grupo hicieron Escuela de los parientes, de Joaquín Lorenzo Luaces. Contigo… es la segunda comedia que asumen.
«Podría resultar raro para Teatro D’Dos moverse en esa cuerda, pero el texto contiene muchos de los temas que nos interesa abordar».
—¿A 50 años del estreno, es necesario marcar diferencias?
—La pieza se mantiene viva y el medio siglo no le ha hecho mella. Cuando se logra llegar a la esencia, no hay necesidad de establecer distinciones.
—La obra posee la cualidad de tocar importantes temas como el de los valores, desde la comedia finamente concebida. Al enfrentarse a este tipo de creaciones, ¿a qué se le teme más y qué es lo que más disfruta?
—Héctor Quintero fue un visionario al abordar la batalla del hombre por sobrevivir en medio de circunstancias diversas, a veces hostiles. Más que de temores, pudiera hablar de riesgos, y esos se resumen al hecho de no lograr entender la dimensión ética y social reflejada. Hay que transmitir la obra desde un horizonte posible, desde la progresión. El conflicto sería no estar, en el plano artístico, al nivel de lo que propone su autor.
«Por otro lado lo que más se disfruta es la virtud principal del texto: la representación del sentido del humor cubano. Quintero hilvana la situación dramática con ese sabor jocoso, te enfrenta a la verdad de una forma divertida, y esa es precisamente la manera de ser del cubano, que habla de sus desgracias con simpatía».
Contigo… es una obra que el público necesita y que está incorporada en su imaginario. Su presencia en la escena será además un buen momento para celebrar, este 22, el Día del Teatro Cubano, asegura el director, a quien le sorprende la manera en que la gente la tiene presente en su concepción del teatro cubano.
«Esta será una oportunidad para analizar nuestra realidad. Será también la posibilidad de apropiarse de una profunda reflexión sobre la vida, pero sobre todo para identificarse con el mensaje de que aunque exista en la familia crisis económica o de valores, lo importante es mantenerse unidos».