Caricatura de Laz Autor: LAZ Publicado: 21/09/2017 | 04:57 pm
Hace poco fui a comprar unos dulces; la vendedora me los celebró: Hoy los hicieron «estrones», dijo. Pasé algunos minutos pensando cuál sería el significado de esa palabra. Al fin lo encontré. Si acerté, la muchacha no estaba hablando spanglish, sino un «cubanglish» recién creado. Quizá pensó en strong, fuerte, que se pronuncia igual que se escribe en su lengua original, el inglés. Oyó decir que a alguien corpulento, de constitución robusta, lo llamaban así; puso al adjetivo una e delante, le quitó la ge final, y lo hizo plural, como son los adjetivos en español, agregándole es, porque para ella, acababa en ene. ¿Estaré equivocada? Me sentí como el francés Champollion, aquel que descifró los jeroglíficos egipcios. ¡Madre mía, ¿por qué no diría: «dulces grandes»?!
Le escuché en una ocasión a la Doctora Adelaida de Juan, profesora, crítica y ensayista notable, que en diciembre del año 2012, no acababa para los mayas la vida en la Tierra, como muchos pensaban; sino que finalizaba una época. El tiempo, entre nosotros, se divide en edades. Ellos llamaban Katum, a lo que decimos edad: Edad Antigua, Media... Así lo escuché, tal vez no lo haya escrito yo, exactamente como se transcribió al castellano.
La respuesta de hoy
Una lectora se interesa por dos vocablos: Resiliencia y vibra. El primero es usado en mecánica, el índice de resistencia al choque de un material. La Doctora Silvia Bustamante me aclara que los psicólogos y psiquiatras llaman así a la capacidad que tenemos de resistir cualquier depresión, a la fuerza interior que desplegamos para combatir el estrés. La vibra es, en metafísica, la frecuencia de oscilación más o menos elevada, que poseen los átomos de un cuerpo, su nivel energético. Se dice popularmente: «Esa persona tiene mucha vibra», cuando es notable su energía.