Caricatura de LAZ Autor: LAZ Publicado: 21/09/2017 | 04:54 pm
Toucher (pronúnciese tuché), es un verbo francés. Significa tocar. Cuando en un duelo a espada, uno de los contendientes se siente tocado, dice touché (también se pronuncia tuché) —tocado— antes que el juez lo declare. Es un gesto muy admirado entre espadachines, máxime en otros tiempos, si se tiene en cuenta que no podía haber sido percibido claramente, pues no existían aún los procedimientos que determinaban con certeza el resultado del ataque. Cuentan que nuestro Ramón Fonst se caracterizaba por esa actitud tan caballerosa, tan admirable.
Estarás preguntándote qué tiene que ver todo esto con el lenguaje. Pues verás: Si en una discusión nos percatamos de que la opinión del interlocutor es la válida, utilizamos esa palabra, para indicar que aceptamos la derrota. Por ejemplo: —José Martí murió en 1896. —No, en 1895. —Es cierto. Mira tú, me confundí, touché.
La cineasta Rebeca Chávez me ha enviado en dos ocasiones, con su esposo, el escritor Senel Paz —no necesitan adjetivos, ¿verdad?—, un recado: «Critica el uso erróneo de la palabra lucidez cuando se trata del lucimiento de un espectáculo». ¡Sí!, tiene razón; se oye con una frecuencia que asusta. Fijémonos: Lucidez es calidad de lúcido, lucio, es aplicado a la inteligencia, al estado despejado de la mente de alguien.
Lucido es conjunto de cosas ricas o selectas entre las de su género, abundantes o no escasas: una lucida colección. Un lucido festejo, el que se celebra con lucimiento, el que permite lucirse a quien lo organiza.
La respuesta de hoy
¿Por qué no cree un lector matancero que es correcta la voz cooptación? Aparece registrada en el diccionario como acción y efecto de cooptar, llenar las vacantes que se producen en el seno de una corporación mediante el voto de sus integrantes.