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Tres historias cotidianas fueron contadas en crónicas y ganaron el premio Enrique Núñez Rodríguez entregado este martes. En ellas sus autores describieron —unas veces con dosis de humor, otras con sensibilidad y nostalgia—, la importancia de respetar esa particular hora de sentarse a la mesa o el apego a sitios memorables como los cines y ese especial paisaje que ofrece a la vista Baracoa.
El tetí casimente es un misterio, un cuadro pintado con palabras sobre su terruño por el baracoense Miguel Ángel Castro Machado, mereció el premio del evento. La primera mención la obtuvo Penumbras de tantos amores, una mirada al gran mundo de las proyecciones cinematográficas y las lunetas de los cines, de la colega de Juventud Rebelde, Alina Perera Robbio.
José Aurelio Paz, asiduo colaborador de nuestras páginas y ganador del lauro en la primera edición del concurso, recibió la mención por Cadáver público, una jocosa narración sobre la necesidad de dejar las malas noticias para luego del horario de comida.
El premio basado en un género periodístico —que muchos emparentan con la literatura—, lleva por nombre Enrique Núñez Rodríguez, en tributo a quien, con singular maestría y ese humor suyo tan característico, supo captar y compartir con sus lectores el palpitar de la vida cotidiana en esta Isla.
De ahí que durante tres oportunidades ha sido convocado el certamen, auspiciado por nuestro periódico —en muchas de cuyas ediciones dominicales quedó la impronta de Núñez Rodríguez—, el Instituto Cubano del Libro y la Dirección Provincial de Cultura de Villa Clara.
Abel Prieto, ministro de Cultura, felicitó a los premiados y se refirió a la utilidad de estimular la lectura de los textos de Núñez Rodríguez, imprescindibles para profundizar en el conocimiento de nuestra identidad.
