Abel Prieto, ministro de Cultura. A su lado, Luis Morlote, nuevo presidente de la AHS. Foto: Calixto N. Llanes
La de ayer fue nuevamente una sesión de debate profundo, de intercambio de ideas, durante la sesión plenaria del Consejo Nacional Ampliado de la Asociación Hermanos Saíz (AHS).Alina Alarcón, actual vicepresidenta nacional, recordó que la Asociación debe vivir más allá de su espacio natural, la Casa del Joven Creador, para ir a intercambiar con su mejor propuesta a la comunidad.
Mientras, Juan Carlos Travieso, realizador del Canal Habana se inquietaba por las diversas interpretaciones que se hacían de la política cultural: «Hay que acabar de definir qué es lo que le conviene a nuestra cultura: ¿Le hacemos culto a Hollywood o a las producciones del patio? ¿Por qué no enfrentar la realidad que muestran nuestras obras audiovisuales?»
Le preocupa al poeta matancero Glaudencio Rodríguez que las nuevas generaciones pierdan de vista a aquellos intelectuales y artistas que han sostenido por mucho tiempo la cultura cubana, y que sin embargo, están tan distantes de ellas «porque no hemos podido convertirlos en sus ídolos», mientras que el investigador y crítico Omar Valiño está convencido de que una de las maneras más eficaces de enfrentarse a la colonización cultural es «movilizar las reservas morales y espirituales que todavía conservan esos jóvenes, a quienes no hemos sido capaces de presentar opciones culturales auténticas y atractivas».
Para el dramaturgo Norge Espinosa la postura de los asociados nunca deberá ser erigirse en jueces, sin antes haberse mirado por dentro. «¿Es que el mal gusto, el kitsch y la banalidad no se han instalado también entre nosotros?»
En abrir espacios insistió el actor guantanamero Ury Rodríguez, quien abogó por los miembros de la Brigada José Martí, para «apoyar desde la AHS a los nuevos instructores de arte, ansiosos no solo por enseñar, sino por validar sus obras como artistas».
Triste se siente Hilda Landrove porque posiblemente La Madriguera deje de ser la amada casa de los asociados de la capital, ya que su edificación formará parte de un proyecto de restauración del Centro Histórico, «y aunque un lugar es un lugar, y donde quiera que vayamos llevaremos nuestra obra, ese es el espacio que hemos construido entre todos, el de intercambios, la casa donde hemos sido Revolución y hemos sentido el placer de ser revolucionarios.
Por su parte, Julio Martínez ratificó que la UJC necesita hoy más que nunca la AHS, «esa que estos 20 años ha demostrado su valía y su apego incondicional a la Revolución.
Abel Prieto, Ministro de Cultura, dejó sentado que la nuestra no es una política cultural que espanta la crítica. Por el contrario, la crítica desde la Revolución es imprescindible. «Lo extranjerizante, el gusto por lo proyanqui se ha ido expandiendo en el ambiente como un virus. Por tanto, el camino que nos salvará debe llevarnos hacia un pensamiento de vanguardia en el campo de la cultura, un pensamiento antiimperialista, desde la identidad y el compromiso con la Revolución y la Patria».