Los jóvenes que laboran en la Felton son una fortaleza dentro de ese decisivo bloque generador. Autor: Jorge Fernández Pérez Publicado: 18/09/2025 | 09:21 pm
MAYARÍ, Holguín.— De sacrificio y entrega está repleto el incansable equipo de trabajo de la Central Termoeléctrica Lidio Ramón Pérez, que desde la comunidad mayaricera de Felton, al este de la provincia de Holguín, es decisiva para la estabilidad del Sistema Electroenergético Nacional.
Allí todo funciona en perfecta sincronía humana, incluso, aún en estas jornadas tan extenuantes donde se batalla para echar a andar lo antes posible la unidad uno de ese importante bloque generador. Es gracias a la unión de sus incansables trabajadores, que allí se impone la voluntad frente a las carencias objetivas.
Este es mi lugar
Saben quienes laboran en la Felton que cada aporte indivudal es decisivo para lograr estabilidad en la generación eléctrica. Por eso, prácticamente, no hay descanso visible dentro de la Central. Entre juventud y experiencia van complementándose en cada exigente tarea, acortan los tiempos, porque, 0fuera, un pueblo espera respuestas concretas ante la delicada situación electroenergética que atraviesa la Mayor de las Antillas.
Los jóvenes que copan la Felton lo conocen bien, y son protagonistas indiscutibles en cada jornada. Alcides Simales Pérez, por ejemplo, es uno de los muchachos que impulsan el trabajo arduo desde dentro de la Central.
Se graduó de Ingeniería Mecánica hace dos años y hoy se desempeña como especialista en Mantenimiento Industrial en la termoeléctrica. Este mayaricero de cuna se siente realizado al saber que cada día entrega su aporte para el bienestar de todo un país.
«Siempre me llamó la atención estar inventando con tornillos, grasas y estar con mi tío en los talleres de carros. Esta fue la principal motivación para escoger mi carrera, que puse como primera opción en la boleta. Lo tenía muy claro.
«Esta Central es un enclave fundamental en el oriente y su aporte repercute en la electricidad que se consume en toda Cuba. Es muy grande. Uno aquí puede aprender cosas que antes de entrar no se imaginaba. Inicié como adiestrado y dije que prefería la parte de mantenimiento.
«Tengo que planificar e inspeccionar los mantenimientos, sus volúmenes de trabajo, analizar las piezas de repuesto que necesita cada equipo, entre otras funciones. Demanda bastante tiempo. Muchas personas no saben que soy barbero también. Me dicen mucho que trabaje de eso para ganar más.
«Sin embargo, a mí lo que me gusta es la mecánica. Este es mi lugar. En mi oficina somos 15 planificadores, que van desde el que está a punto de jubilarse, hasta el recién graduado. Aquí uno aprende demasiado, pues todos siempre están para apoyarte.
«El trabajo en equipo es lo fundamental. Hay varias partes inmersas y sería imposible que salieran los procesos si todos no se fusionan».
Un peso decisivo
Adel Eduardo Batista Salomón también estudió Ingeniería Mecánica, motivado por el ejemplo de su padre que laboraba en la Felton. El actual especialista en Mantenimiento Industrial no dudó en seguir ese camino, que le ha traído múltiples satisfacciones.
«Inicialmente comencé a trabajar en el proyecto de construcción de hoteles del Ramón de Artilla. Después se me dio la posibilidad de entrar a la Lidio Ramón Pérez y he tenido muy buena acogida por parte de mis compañeros. Me gusta mucho lo que hago.
«Yo trabajo en la UEB de Mantenimiento en el área de piezas de repuesto. En ocasiones, para utilizar los principales equipos debemos fabricar los repuestos necesarios gracias a los encadenamientos con otras industrias nacionales. Hacemos búsquedas con algoritmos de inteligencia artificial.
«De esa manera resolvemos varios problemas en la práctica. Mi colectivo es reducido, somos cinco compañeros, pero existe mucha retroalimentación. El problema de uno es el problema de otro y cada cual aporta desde su experiencia y su punto de vista, para encaminar las soluciones de los problemas.
«Cuando nos referimos a la Felton, siempre encabeza la lista. Es una de las termoeléctricas que trabaja con mayor eficiencia y de las que más aporta. Nosotros tenemos un peso decisivo para todo el país. Y la responsabilidad de todos aquí es bien alta: procurar la eficiencia y estabilidad del bloque generador».
El alma de la central
El especialista en explotación de centrales eléctricas, Abdel Ricardo Góngora Abreu, llegó a la Felton en 2018 a través de un curso de superación que ofrecían en esa entidad para los jóvenes de 12mo. grado interesados en crecer como profesionales en un escenario competitivo y dinámico.
«El curso que pasé era de operador C en centrales eléctricas y resultó atípico porque fue posterior a la COVID-19. Mi padrastro lleva 15 años aquí de lo mismo que empecé yo y me motivó a vincularme y empezar a trabajar en la termoeléctrica junto a él y a otros buenos compañeros.
«Nosotros somos, como aquel que dice, el alma de la central. Tengo operadores abajo en el bloque que son mis ojos. Yo controlo los parámetros de vapor, temperatura, vapor de salida de caldera hacia turbina, presión de vapor, nivel del domo, presión de agua, entre otros.
«Conmigo trabajan dos operadores de control de unidad y mando térmico de turbina. Obligatoriamente tenemos que trabajar en equipo, porque si no existe buena comunicación o determinada operación falla, se puede provocar un disparo del bloque o un accidente mayor.
«Las personas con más experiencia han contribuido mucho a mi formación. Quien me enseñó llevaba 15 años en estos menesteres. Para estar aquí hay que tener siempre deseos de aprender.
«En esta posición hay mucha responsabilidad. No puedes dormir y son turnos de 12 horas seguidas en días alternos. Debes estar al pendiente por si es necesario reaccionar en fracciones de segundos. Por ejemplo, la turbina tiene un sistema de disparo de tres segundos».
A puro compromiso
El ingeniero automático Rubiel Luis Pupo Benítez llegó hace siete años al lugar que se convertiría en su espacio de crecimiento integral como obrero y ser humano.
Este egresado de la Universidad de Oriente comenzó su paso por la Felton como adiestrado. «Desde que entré, me sentí en una escuela. En aquel momento se estaba rehabilitando el bloque número uno y ahí aprendí de todo: desde el montaje de los instrumentos de campo, el sistema superior y toda la parte automática.
«Eso me dotó de un nivel de experiencia bastante alto para afrontar los problemas de carácter técnico que surgen en el día a día. Empecé a participar en las soluciones a las averías y otros procesos importantes para el funcionamiento interno de la central termoeléctrica.
«Actualmente nos estamos enfocando en el proyecto de rehabilitación de la planta de tratamiento química de agua para mejorar la calidad del vapor, lo que ofrece mayor protección a la caldera y menos corrosión a las diferentes superficies. Estamos inmersos en todo ese proceso.
«Por parte de la dirección, se fomenta mucho el trabajo en equipo. En el caso de los proyectos, siempre algo tiene que ver con los eléctricos, los mecánicos, entre otros que también intervienen. Es bueno escuchar a los que tienen más experiencia y también nutrirse de ideas frescas.
«Aquí no hay miedo a transmitir los conocimientos. Hay muy buena comunicación entre las personas mayores y los adiestrados. Tengo el deseo de seguir superándome como ingeniero y también en la parte técnica.
«En la Felton me siento representado como ingeniero, porque esta planta es la base para el sistema eléctrico. Para nosotros no existe otro propósito que mantenernos comprometidos con nuestro trabajo y con el pueblo».